La vida de Camila Brusotti pendía de un hilo después de haber sido víctima de la tremenda golpiza propinada por su madre y padrastro. La dejaron casi muerta y la llevaron al hospital donde, en un intento por ocultar la verdadera causa de la gravedad de sus heridas, mintieron que se había caído de un caballo. Camila tenía solo 8 años y apenas respiraba.
Ese 30 de octubre de 2013 quedó en la memoria de los familiares de la niña cuyo caso estremeció a todo San Juan, de donde es oriunda. La provincia comenzó una cadena de oración por su vida cuando el pronóstico más alentador era que quedaría en estado vegetativo. Sólo cabía esperar un milagro.
En medio de la desesperación, llegó a manos de Marina, la abuela materna de Camila, una imagen del Cura Brochero (1840-1914) y un librito con la novena de su reciente beatificación. Se lo acercó una amiga que sabía que el cura gaucho ya había hecho un milagro con un niño que el 28 de septiembre de 2000 sobrevivió a un grave accidente automovilístico en Córdoba. Nicolás Flores tenía apenas 11 meses y para él también la vida parecía estar en la recta final hasta que la imagen de José Gabriel del Rosario Brochero llegó a manos de Osvaldo, su padre, que le pidió al cura su intercesión por la vida del bebé, que ya había sufrido tres paros cardiorrespiratorios y pérdida de masa encefálica. "Si son creyentes o hicieron alguna promesa comiencen a cumplirla porque esto es un milagro", dijo el médico. Había ocurrido el primer milagro.
En enero de 2002 la historia llegó por carta a la comisión que estudiaba la beatificación del sacerdote. En 2014 el papa Juan Pablo II lo declaró Venerable y en 2013, Benedicto XVI lo consagró Beato.
El Cura Brochero es el primer Santo enteramente argentino
La estampita del hombre que el 4 de noviembre de 1866 se ordenó sacerdote acompañaba a la familia de Camila. Luego de unas semanas de internación los médicos que la asistieron dijeron casi desconcertados que la niña había salvado su vida "por razones desconocidas". A los dos meses volvió a caminar, pese a que todavía debía atravesar una cirugía reconstitutiva de cráneo. Tenían que colocarle una placa reabsorbible.
Pasaron tres años. Hoy Camila tiene 11 y su historia convirtió al humilde cura de Traslasierra en Santo para la Iglesia Católica. El primero que nació, realizó toda su vida pastoral y murió en Argentina. (San Héctor Valdivieso Saenz nació en Boedo en 1910, pero en 1914 viajó a España y el 9 de octubre de 1934 fue fusilado durante la Guerra Civil).
Volver a nacer y ser testigo de la santificación
Los pronósticos médicos auguraban la muerte de Camila, pero ella hoy vive una vida normal; de eso se tratan los milagros. Su mayor deseo era llegar a Roma y presenciar el momento cumbre en la historia de Brochero, a quien lo inexplicable la unió para siempre. Su nombre y el de Nicolás quedarán para la posteridad inmortalizados junto al del santo argentino.
Raúl Ríos, abuelo de la niña, habló con una radio cristiana minutos antes de partir a Roma, ciudad a la que llegó con su esposa para ser testigos de la santificación del cura que salvó a su nieta. "Una vez tuve un monólogo con Brochero mientras Camila se moría y le dije que yo no lo conocía, que por qué había venido a mi casa… Pensé que si vino era porque quería que le pidiera algo, entonces le pedí por la vida de Camila, su recuperación, la fortaleza de mi esposa y la mía. Y Camila mejoró (…) Hoy estamos viviendo esto". Al lado del abuelo de la niña estaba su esposa Marina que contó que Camila estaba feliz por este sueño: "Está contenta porque va a conocer al papa Francisco".
Será en Roma donde los niños de los milagros quizás se conozcan y se unan para siempre en la hermandad de sentirse protegidos desde el cielo.