El asesinato de Miguel Lecuna, marido de Georgina Barbarossa, ocurrido el viernes 2 de noviembre de 2001, generó gran conmoción en una sociedad que vivía los aciagos días previos a la grave crisis de aquel año.
Lecuna fue víctima de un violento asalto cuando iba en un taxi en el barrio de Palermo. Delincuentes le cruzaron una camioneta al vehículo, se subieron para robarle, se produjo un forcejeo y el empresario y marido de la conductora recibió varias puñaladas. Luego, Lecuna fue arrojado del taxi a unos 200 metros de donde se produjo el episodio.
Por el caso, la Justicia condenó a cinco delincuentes, entre ellos al autor material del crimen. Este recibió una pena de 21 años de cárcel, pero pasados 14 años de la sentencia fue liberado por "buena conducta".
Enterada de la noticia, Barbarossa aseguró que tiene "mucha impotencia y tristeza". En diálogo con C5N, la conductora dijo que su abogado ya le había adelantado que el criminal sería liberado.
"Ojalá que en estos 14 años que estuvo preso haya aprendido algo, haya aprendido el valor de la vida, porque para ellos la vida no vale nada", sostuvo la actriz.
En los últimos días, y ante el recrudecimiento de los hechos de inseguridad y los casos de la llamada "justicia por mano propia", se agitaron los debates sobre el rol de la Justicia y las fuerzas de seguridad.
Ante esto, Barbarossa aclaró que no está a favor de la pena de muerte ni de la justicia por mano propia, pero lamentó que "acá no se está cumpliendo la ley".
"No se puede tener a los presos hacinados como están. Hay que cambiar las cárceles. En las condiciones en las que están no pueden aprender nada", concluyó.
Lecuna tenía 53 años, era un empresario que se dedicaba a la confección de ropa infantil y junto a Barbarossa eran padre de mellizos que tenían 14 años cuando ocurrió el crimen.