El caso de los dos motochorros que fueron reducidos y golpeados por al menos 50 vecinos del barrio Zumarán en la provincia de Córdoba se sumó a otros casos de justicia por mano propia que los últimos días sucedieron en simultáneo en distintas zonas de Buenos Aires. ¿Hasta donde contempla la ley la autodefensa y cuál es el límite en estos casos de inseguridad?
Marcelo Fenoll, el fiscal cordobés que lleva adelante esta causa, advirtió en diálogo radial con La Red que evaluará todas las pruebas existentes para determinar si imputará o no a las personas que actuaron con violencia y que, por los golpes, dejaron inconscientes a los delincuentes en el asfalto.
"La legítima defensa se encuentra contemplada en nuestra ley penal. Según el reporte policial, se habían congregado en el lugar 50 vecinos con un estado de ánimo alterado e insultaban a los delincuentes, que no estaban del todo conscientes ni fueron encontrados por la policía con una actitud defensiva. Por ahora no hay imputaciones. Voy a reproducir la secuencia e imputaré si determino que ha habido un exceso injustificado de violencia", advirtió.
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El hecho de violencia se desencadenó cuando dos motochorros le arrebataron la cartera a una joven de 17 años que caminaba junto a su novio. La víctima comenzó a gritar y a pedir ayuda, lo que provocó que los vecinos del barrio salieran a la calle. Un taxista –que llevaba a un pasajero- vio la secuencia, persiguió a los ladrones y los chocó con el auto simulando un accidente.
Consecuentemente, los delincuentes cayeron de la moto y fueron alcanzados por 50 vecinos que los golpearon hasta dejarlos inconscientes. La Policía llegó minutos más tarde en medio de un clima de tensión y nerviosismo absoluto.
"Estamos en este momento incorporando toda la prueba útil que constate el robo calificado del cual fue víctima una joven de 17 años hasta el momento en el que la Policía llega al lugar y advierte que vecinos había logrado reducir a los autores del hecho desplegando para cada acción violencia que quedó reflejada en las lesiones que tenían estas personas en sus cuerpos", dijo el fiscal.
Y concluyó: "Debo determinar hasta donde esa violencia desplegada por los vecinos fue en el marco de un ejercicio legítimo de defensa, que puede haber sido motivada en la resistencia de los delincuentes a ser detenidos. De lo contrario, esa justicia estaría injustificada y se trataría de violencia por mano propia antes que el ejercicio legítimo de un derecho".