Juan Ignacio Tejero fue ejecutado por dos delincuentes que lo abordaron para robarle el auto en el que se desplazaba junto a su mujer Alejandra. El joven de 22 años se resistió, recibió dos disparos y los atacantes huyeron sin concretar el robo. La pareja venía de visitar a un médico, al que habían acudido para atender al hijo que ambos tuvieron hace 20 días.
El hecho se produjo cerca de las 21 de este lunes en la intersección de las calles Colombia y Santiago Plaul, partido de Lanús, frente al domicilio de Gustavo, suegro de la víctima fatal del caso, quien en ese momento estaba al cuidado del bebé.
Angustiado por la pérdida, Gustavo apuntó directamente contra los habitantes de la Villa Zavaleta de la Ciudad de Buenos Aires: "Todos los casos son iguales: escapan para allá, los coches robados siempre se encuentran ahí".
"Acá parece tierra de nadie, nadie hace nada", lamentó el suegro de la víctima. "No creo que puedan capturar a los asesinos. Tendrían que buscar otra forma. No sé si son muchos policías o pocos, pero no alcanza; después cuando uno ajusticia alguien, somos los culpables…", reflexionó en diálogo con C5N.
"Cada vez vivimos más encerrados: parecemos nosotros los delincuentes", fue otra de las frases que disparó el familiar, quien explicó que en varias oportunidades fue víctima de intentos de robos en la zona.
Luego de que trascendiera la noticia, el secretario de Seguridad de Lanús, Diego Kravetz, expresó su dolor por la muerte del joven y agregó: "Nos llamó poderosamente la atención que el día que vino la gobernadora a visitarnos junto a su ministro de Seguridad a la noche tengamos un intento de robo en el cual no se roba nada solamente disparando a sangre fría a Juan Ignacio".
"Está claro que las peleas contra las mafias no va a ser gratis, así y todo vamos a seguir acompañando a la gobernadora en su pelea contra el narcotráfico, la mafia del juego y contra la corrupción enquistada en la institución policial", añadió Kravetz.
Semanas atrás, el municipio fue escenario del asesinato de Nicolás Gamboni, hijo de la dirigente massista Claudia Serapio. La noche del 19 de agosto, fue sorprendido en la calle por dos malvivientes que, armados a bordo de una motocicleta, lo interceptaron a punta de pistola para robarle el teléfono celular y le dispararon para robarle un iPhone.