Inés Estévez y Javier Malosetti: "En la primaria fuimos bichos raros"

A días de su próximo show, la pareja reivindica esa singularidad de la que tal vez nació el talento y cuenta cómo la música completó su familia ensamblada. Ella explica su posición sobre el aborto y él critica duro la tele de hoy, en esta charla a fondo con Infobae

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Son pareja tanto arriba como abajo del escenario. Lo que nació como una grabación de "La vie en rose" para internet, se convirtió en una presentación que imaginaron aislada y luego en doble función todos los fines de semana de la temporada de verano en Boris. Después de una gira por el interior hoy apuestan a un nuevo show y planifican un disco para fin de año.

"Lo estamos haciendo medio a pulmón: responde a nuestras ganas de hacer algo cada vez un poquito más grande. Pero lo hacemos desde la misma plataforma que hicimos el primer bolichito", dice el talentosisimo músico sobre la presentación que realizarán el 18 de Agosto en el ND Teatro. Y agrega: "Tenemos una orquesta, una sección de vientos y una sección de cuerdas. Todo nos gusta, pero cuando se comprime mucho en pocos días, decís: 'me gustaba la música pero no tanto'".

— Tienen mucha química juntos en el escenario ¿Cómo jugó la música en la pareja?

— (IE) Completó un poco el panorama. Es como un plus, algo que no esperábamos y que de pronto terminó de cerrar por todos lados. Había muchas similitudes entre los dos. El padre de Javier ya sabemos quién es, Walter Malosetti, y lo que representó. Y mi viejo era oficinista pero aficionado al jazz, tocaba un par de instrumentos y cantaba con un grupo de amigos. Me llevaba desde muy chica a esas juergas bien regadas por buenos tintos. De repente, empezamos a darnos cuenta que en nuestras casas se escuchaban los mismos discos.

— (JM) Nuestros viejos podrían haber sido una yunta muy tremenda.

Todo aquel que conoció a mi viejo sabe que hablo de alguien bastante santo (Javier)

— ¿Qué fue lo más importante que te enseñó tu papá?

— (JM) Lindos valores, más allá de la música por supuesto. Era un tipo muy generoso, y con un deseo constante de ayudar y dar una mano, con lo que sea. Toda la música y los discos que tenía, pero quiero rescatar algo extra musical, todo aquel que lo ha conocido sabe que hablo de alguien bastante santo.

— Tu hijo también está en la música.

— (JM) Sí, batero, de 24 años.

— ¿Te gusta este recorrido para él?

— (JM) Sí, me gusta porque se lo está pasando bomba. Me gusta algo que realmente lo divierta y que encuentre satisfacción, no algo que sea un camino tortuoso, recibiendo poco a cambio.

— Las tuyas son más chiquitas.

— (IE) Las mías son muy chiquitas. Pienso en él, en el placer de haber tocado con su padre y poder tocar con su hijo y también compartir un poco la parte musical conmigo, y las mías son muy chiquitas pero son muy adeptas a la música y sobre todo a Javier.

— (JM) Unas groupies que tengo en casa.

— (IE) Groupies totales, fans tremendas.

— (JM) Y Vida, la más grande, se canta todo, tiene un oído… Afina impresionante.

— (IE) Sí, agarra la batería, te arma unos videos muy promisorios.

 
 

— ¿Las ves por el lado del arte?

— (IE) Lo único que deseo es que logren su máximo potencial y que en el camino sean felices…

— (JM) Lindas vidas.

— (IE) Que elijan lo que se les antoje, pero sí veo una inclinación por todo lo que es musical, sobre todo la más grande, tiene una veta creativa.

— (JM) Es muy actriz también. "Me siento mal", dice, y ella le pregunta: "¿De verdad o de mentira?"

— (IE) Me dice: "De mentira". "Bueno, entonces lo vamos a solucionar", le respondo. Les encanta la música y desde que llegó Javier a mi vida había una pata de la mesa ahí que faltaba que se les completó absolutamente, y cualquier drama infantil se subsana con él apareciendo con la guitarra.

— Hablaste de felicidad y pensaba en tu vida y cómo supiste reinventarte. ¿Qué fue lo que determinó las elecciones?

— (IE) No sé si es fácil de entender; lo que uno debe y lo que uno quiere no siempre es lo que a uno le corresponde. Lo que a uno le corresponde en la vida es lo que hace su dicha, y a veces lo que te corresponde no está tan emparentado con lo que querés. He tenido quizás la atención necesaria para tratar de vislumbrar -no siempre la pegué- lo que se abría como cauce y seguir ese camino en post de mi propia felicidad. Priorizar el bienestar es lo que te ayuda a servirle al resto del mundo.

Renunciar a algo que funciona mucho, como cuando dejé de actuar, es un costo alto, como cerrar una empresa que funciona (Inés)

— ¿Y salió bien?

— (IE) Sí, con altos costos por momentos, porque realmente los volantazos, renunciar a algo que funciona mucho, pero que te está dañando la salud o el bienestar o el gusto por la profesión, es un costo alto, es como cerrar una empresa que funciona; cuando dejé de actuar, por ejemplo.

— Sí, en un momento en que te estaba yendo fantástico…

— (IE) Para el afuera sí, yo sentía que lo que había para hacer no me ofrecía la posibilidad de seguir superándome creativamente, expresivamente.

— Igual seguiste dedicada al arte, dando clases, con la dirección, con…

— (IE) Sí, escribí un libro y ahora apareció esto de la música que era una asignatura pendiente a la cual había renunciado, no pensaba en plasmarla y que venga de la mano de Javier, a quien admiro desde antes de conocerlo, y emparentado con el jazz tradicional es más de lo que podía soñar.

— ¿Y ella qué tal es?

— (JM) Es bárbara. Es muy lindo estar con ella, escucharla cantar. Verla interactuar con sus hijas. Vivimos juntos y ensayamos mucho. Ella está conociendo el trabajo del músico que es también subirse al avión o a un micro de gira y dar vueltas y aparecer en un hotel, tocar. Es una cuestión que inclusive actuando no la ha hecho.

— ¿Cómo hacés con las chicas?

— (IE) Tenemos tenencia compartida con el padre.

 

— ¿Fabián (Vena) es un papá que se ocupa?

— (IE) Por supuesto. Tratamos de organizarnos cuando no están con nosotros, y cuando están armo un scrown importante de cuidados y nos vamos a organizando.

— Publicaste una carta en la que planteás la necesidad de ser políticamente correctos que tenemos con algunas cuestiones y la poca capacidad de abordar los temas, en referencia a la discapacidad de una de tus hijas.

— (IE) Sí, era en función del día de la concientización del autismo; mi hija no tiene autismo. Todas esas proclamas que exudo a veces tienen un punto en común, relacionado con el poco respeto que tiene la organización socio educativa hacia la singularidad, hablemos de discapacidad, hablemos de capacidad artística, hablemos de que a Einstein casi lo bochan porque aparentemente no le daba la cabeza, y era un genio, hablemos de estética. De cómo no estamos preparados para aceptar, convivir y estimular las singularidades. Hay mucha atención respecto de las formas y poco trabajo respecto del fondo, de la sustancia.

— Te costó encontrar colegio para tu hija.

— (IE) Sí, porque no es una patología, sino el resultado de cosas que le tocó vivir y secuelas que le han quedado y tiene una discapacidad clarísima, pero no entra dentro del rótulo de un manual. Hay mucha gente alucinante ofreciendo posibilidades, pero si no entrás dentro de lo que dice el manual, no enfilás para ningún lado. Sin embargo, y quiero destacarlo, El Jardín de los cerezos le hizo genial, está cursando ya el cuarto año ahí y ahora pasa a un colegio especial.

— Me encantó una parte de esa carta, donde decías que no les digamos a los chicos que no miren, para no incomodar, sino todo lo contrario: miralo, acercate, jugá, vos también sos distinto para él.

— (IE) Si nos aceptamos todos como seres diferentes entonces no va a haber juicio crítico acerca de cómo te vestís vos o cómo se me ocurre teñirme el pelo a mí o qué se le ocurre comer a él, es algo que se cae de maduro. Deberíamos empezar a educar a nuestros niños con una aceptación. El bullying nace de la falta de aceptación de la singularidad. Nosotros conversamos entre nosotros sobre nuestras similitudes entre las cuales figura el hecho de haber sido en la primaria personas que no se integraban, bichos raros, y teníamos gustos diferentes al resto.

 

— ¿La pasaron mal?

— (JM) No mal, pero bueno…

— (IE) No te sentís parte.

— (JM) Decís o ellos están en cualquiera o yo estoy en cualquiera. Y la verdad que ellos están bárbaro, así que debo ser yo.

— (IE) Eso de repente deriva en una inclinación artística muy marcada y una carrera distintiva, pero si no tenés un ámbito que te guíe, que te acompañe, capaz que eso termina frustrando a un ser que tenía una predisposición a generar algo maravilloso.

La legalización (del aborto) es buena, justamente para poder regularlo y empezar a evitarlo (Inés)

— Hace muy poquito publicaste otro texto, vinculado a la despenalización del aborto.

— (IE) La gente se va en dialéctica y termina sintetizando todo de una manera que banaliza el hecho. No se trata de nosotras queremos decidir, vamos a tener sexo total llegado el caso me hago un aborto. Es un horror. Nadie deja de tener secuelas, psicológicas, emocionales o físicas, es algo por lo que nadie quiere pasar. Nadie quiere abortar un hijo, el tema es que en la medida en que se legaliza se puede regular. Y si se regula deja de ser tabú, pasa a ser tema en la mesa de una familia, empieza a haber más educación sexual…

— (JM) Mejores condiciones para llevarlo a cabo también.

— (IE) Exactamente. Podés guiar a una persona que va a tomar esa decisión y quizás hacer como en otros países que llevan el embarazo a término y dan el hijo en adopción. Creás conciencia, protegés y probablemente evitás muchísimos casos de abortos. La legalización es buena, justamente para poder regularlo y empezar a evitarlo, no para facilitarle el acceso a todo el mundo que lo haga.

— Es una mirada muy chiquita pensar que es gratuito para una mujer hacerse un aborto.

— (IE) En el debate las mismas mujeres terminan diciendo yo quiero decidir. Y el tema no es yo quiero decidir, el tema es hablemos de esto, resolvámoslo entre todos.

— Sería interesante que se pueda tener ese debate en la Argentina. Hoy pareciera que no va a suceder.

— (IE) Cuesta mucho porque hay temor y hay una cerrazón al respecto. Justamente, porque terminan hablando de en qué momento un feto es un ser humano y en qué momento no. Para mí lo es siempre, desde que el óvulo es fecundado por el espermatozoide ya hay vida, chau, no importa. El tema es cómo hacemos para evitar que estas cosas pasen.

En pos de no perder audiencia (la tele) llega a dar pasos muy jodidos; cuestionables desde la ética, el arte, el buen gusto… (Javier)

— Antes de sentarnos, miraste espantado los monitores de la televisión ¿No te gusta la tele que tenemos?

— (JM) No le importa a nadie lo que yo pienso de la televisión, de todos modos sí, es un espanto. Es un medio que se basa en tener cada vez más audiencia. Entonces bueno, vamos a bajar un poco para que no se nos bajen del tren, eso es entendible. Lo que pasa es que también en pos de no perder la audiencia llegan a dar pasos muy jodidos; cuestionables desde todo sentido, desde la ética, desde el arte, desde el buen gusto, todas esas voces gritadas dan ganas de salir corriendo. Pero bueno, les mando un beso a todos los trabajadores de la televisión, aguante el verano, que siga el verano y nosotros queremos ir a todos los programas.

— (IE) No, en general nosotros estamos visitando lugares donde cabemos, donde les gusta que estemos. Si se puede conversar y hay respeto, yo voy, no tengo prejuicios. El tema es que no soy una persona diseñada para hacer el concurso, cantarte el karaoke, no me sale, te baja el rating.

— (JM) El otro día fuimos a un programa de televisión y la entrevistadora le dijo ni bien arranca la nota: "Por qué no le hacés una pregunta vos como si vos fueras la entrevistadora", y ella le dijo: "No, trabajá vos", le cortó el rostro en el medio de la nota, arrancó bien arriba (risas)

— Si querés podés cerrar vos esta entrevista ya que es lo tuyo, pero antes ¿qué va a encontrar la gente en el ND?

— (JM) Va a encontrarse con un espectáculo bastante distendido, nos gusta llevarlo a un punto de relajación en la comunicación con la gente y eso lo hace más ameno e íntimo, por más que sea un teatro de 700 localidades. Estamos muy ansiosos, porque está sonando lindo, tengo ganas de que llegue el día y poder montar todo arriba del escenario, probar y a la noche tocar.

— (IE) Sí, que después pase y emborracharme.

 

Agradecimiento: Producción de vestuario, Paula Balmayor. Peinado y maquillaje, Sofia Diez.

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