En un fallo sin precedentes, un chico de 16 años fue procesado y sancionado económicamente con un embargo de 70 mil pesos por realizar amenazas de bomba en la escuela técnica a la que asiste, la Nº 24 del barrio porteño de Villa del Parque.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 8, a cargo de Marcelo Martìnez de Giorgi, consideró la broma del chico como una "maniobra delictiva", que desató "un gran despliegue innecesario de las fuerzas de seguridad, ante una amenaza que resultó ser una farsa".
El fallo se basa en el artìculo 211 del código penal, que establece un castigo de prisión de dos a seis años a quien, "para infundir temor público, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos".
La resolución de Di Giorgi es inédita. Si bien se han contabilizado 240 falsas amenazas de bomba en 240 colegios de la Ciudad, los casos mayormente quedan en la nada porque los responsables suelen ser menores de edad.
De acuerdo al expediente, según consigna el diario Perfil, el llamado ocurrió el 18 de noviembre de 2015. El alumno llamó al 911 avisando que había dejado un explosivo en la escuela técnica Nº 24 "Defensa de Buenos Aires". Inmediatamente, el edificio fue evacuado y se movilizó al lugar la Brigada de Explosivos de la Policía Federal, "provocando una turbación en el desenvolvimiento pacífico de la actividad estudiantil".
Finalmente se pudo constatar que se había tratado de una falsa alarma, pero el asunto no quedó ahí. La Comisaría 47ª inició una investigación que derivó en el procesamiento del chico.
La llamada fue rastreada. La había hecho el menor desde el celular de sus padres. La Policía allanó el domicilio de los titulares de la línea y secuestró el teléfono. Al mismo tiempo, pudo saber que el matrimonio tenía dos hijos, y que uno de ellos era alumno de la escuela Nº 24.
El alumno fue llamado a indagatoria y confesó: "No quise asustar a nadie, fue sólo un chiste", dijo.
El juez no tuvo reparos, lo procesó y lo embargó: "Considero que haber informado falsamente y de modo anónimo esto, eligiendo un medio apto para infundir temor o alarmar, establece la intencionalidad que tuvo M. para realizar dicho acto (…) encuadrando así en un delito doloso, específicamente de dolo directo", señala la resolución.
Y agrega que el joven de ninguna manera podía "argumentar su ignorancia de las consecuencias", como la obstaculización de una de las vías de acceso al 911 y el traslado de fuerzas de seguridad "que podrían retrasar su accionar ante una real amenaza".