La tecnología es un gran aliado de la actividad física. Gadgets, aplicaciones y herramientas innovadoras -como por ejemplo las máscaras que simulan la respiración en la altura- colaboran para brindarle al atleta mayores conocimientos de su nivel, capacidad, resistencia, virtudes y falencias al entrenar, y también para potenciar las destrezas en la práctica, entre las tantas posibilidades que están al alcance. Todo en pos de lucir esa figura esculpida que obsesiona.
Entre el abanico de variantes en oferta, hay una que hace unos años irrumpió con fuerza en el mundo fit. Presentándose como una novedosa modalidad de ejercitarse capaz de otorgar increíbles resultados con escasos períodos de trabajo, el electrofitness se describe como una opción potable y exprés para verse bien, un concepto distinguido en materia de entrenamiento personal.
El entrenamiento a base de electrodos capturó una gran adhesión. En poco tiempo, se convirtió en un boom entre las celebrities y los cultores del cuerpo tonificado. El servicio se proliferó con celeridad y hoy es una constante en los centros de entrenamiento. Siendo una opción ideal para quienes disponen de poco tiempo, ahora también se dan clases personalizadas. Julieta García, personal trainer de Electrofitness Fit, explicó a Infobae detalles sobre la creciente modalidad.
Este método techie tiene como seductora propuesta la posibilidad de involucrar 350 músculos en cada sesión, cuya duración aproximada es de 20 minutos. Por medio de impulsos a corriente eléctrica EMS (Electrical Muscle Stimulation) que envía al cuerpo a través de un traje de neoprene muy ajustado, se actúa en la relajación y contracción de los músculos. Todo es controlado desde una tablet: vía bluetooth se va ajustando la intensidad que se aplicará a cada grupo muscular. El amplio rango de alcance y duración del dispositivo también permite que las clases se efectúen al aire libre.
La electroestimulación se practica con rutinas que varían según los requerimientos y necesidades individuales. La especialista planifica las clases de acuerdo a los objetivos de cada alumno. Determina qué tipo de ejercicio se implementarán: aeróbicos, anaeróbicos, localizados u otros con un grado de exigencia más elevado. Siempre que cuente con el apto físico, cualquier persona puede realizar la actividad.
La clase de 20 minutos "equivale a tres horas y media de gimnasio", especifica la personal trainer, que señala que es clave buscar la técnica en cada ejercicio. Previo a los ejercicios, se realizan 5 minutos de entrada en calor, y, posterior a la práctica, otros 5 de relajación. Todo ello "siempre acompañado de una buena alimentación e hidratación para desde un entrenamiento funcional poder cumplir con todos los objetivos", aclara.
Este estilo aporta numerosos beneficios: se minimiza el riesgo de lesiones durante la práctica, ya que es el músculo el que trabaja, y se evita el castigo a los huesos, ligamentos y tendones; se evita la sensación de cansancio durante la sesión de ejercicios, lo que permite aumentar la intensidad sin apenas ser conscientes; contribuye a combatir la celulitis y la grasa localizada, así como la flacidez, mientras que mejora la circulación sanguínea y favorece la tonificación; además consume 30% más de calorías que el ejercicio aeróbico.
Al aumentar la fuerza, resistencia y masa muscular de todo el cuerpo, y ser una alternativa para recuperarse físicamente lo utilizan muchos deportistas profesionales, como el velocista jamaiquino Usain Bolt, el futbolista Karim Benzema o la ex tenista Arantxa Sánchez Vicario.
Agradecimiento a Forza Training
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