En general, la indumentaria es importante en cada uno de los deportes, pero en el caso del running, las zapatillas son la prenda que requiere una especial atención y demanda una inversión considerable, tanto por costo como por tiempo y esfuerzo para seleccionarla. Tener el calzado adecuado, o las plantillas necesarias para el tipo de pie de cada corredor, puede impactar directamente en el rendimiento y en la salud.
Los factores a considerar son varios. La amortiguación, el modo de pisada, o el control del pie plano para saber si se debe usar una plantilla ortopédica, son algunos de ellos. Y por supuesto, la elección variará según el fin. Hay modelos de entrenamiento y de competencia, y entre estos últimos, aquellos ideales para cada superficie, sea plana o un terreno frondoso. El triatleta Guillermo Balmas diferenció las opciones para Infobae e indicó los detalles en los que se debe enfocar para elegir la más apropiada.
Calzado para entrenar
Para practicar, lo principal es la comodidad. Conteniendo un grip alto y con costuras que no sean fuertes, se logra una mayor confortabilidad, de modo que proteja de raspones y evite la aparición de ampollas en los dedos o en el arco del pie. Este tipo es muy conveniente para entrenar, e incluso para una carrera corta para atletas de mayor peso, porque "para estas personas o con una pisada más fuerte, favorecerá el rebote", explicó Balmas.
Es fundamental que la parte interior tenga un espacio acorde para permitir poner alguna plantilla ortopédica, en caso de que se requiera. El ejemplar demostrado es para una pisada neutra: "Las que son con control de pronación o supinación tienen un refuerzo agregado en la zona lateral". Aproximadamente tienen entre 700 y 800 kilómetros de vida útil.
Calzado para calle
Para las superficie plana se debe optar por un modelo más racer, con un grip similar a la anterior, pero de menor medida. "La capellada es más confortable, porque casi no tiene costura ni formas, de modo que sería como tipo un guante que protege al pie y hace que la zapatilla sea más liviana". Usualmente, para estas zapatillas de competencia y para pisada neutra, no se usa la plantilla ortopédica. Además, los cordones deben ser fáciles de atar para brindar mayor seguridad en la carrera, y para favorecer la transición en caso de una competencia de triatlón.
Calzado de trail
Las anteriores eran de asfalto, perfectas para un terreno mejorado. En este último caso, es para trail. Como la superficie presentará diferentes complicaciones, la seguridad es esencial. "Se asimila bastante a las anteriores, pero tiene una capellada más rígida, con una tela entretejida para que no se desgarre, de manera que contenga de posibles raspones, de piedras, de golpes. Además, tiene reforzados lugares donde puede irse el tobillo por alguna torcedura del terreno del ripio, de algún pozo, de alguna zona pantanosa", señaló el atleta.
El grip es alto -intermedio entre las zapatillas de calle y de entrenamiento-, una característica conveniente para las personas que se inician en el deporte. En la suela posee unos "taquitos" que hacen a la adherencia en las zonas de tierra suelta, de piedras, pajonales, tramos de agua con barro. Para que no se enganchen con el pasto, cable o alguna rama, los cordones pueden atarse y "esconderse" debajo de la lengua de la zapatilla. Y en la zona del talón se ofrece un refuerzo para asegurar la posición y no se tuerza.
Otros tips a tener en cuenta señalados por los especialistas: las zapatillas deben ser de correr y no de otros deportes, como tenis o básquet; no deben ser del mismo número que los zapatos de calle, ya que al correr, los pies suelen hincharse un poco; no estrenar el calzado el día de una carrera; y no dejar que se vuelvan demasiado viejas, porque reducen la contención al momento del impacto, pudiendo desequilibrar el pie.
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