Un estudio coordinado por el doctor Pere Santamaría del Idibads del Hospital Clínic y de la Universidad de Calgary (Canadá), ha descubierto en un trabajo con ratones un nuevo mecanismo celular en cadena que regula la respuesta autoinmune y un nuevo tipo de fármacos que actúan sobre este circuito celular.
El trabajo, que publica esta semana la revista Nature, proporciona un nuevo enfoque para comprender y tratar las enfermedades autoinmunes sin comprometer la inmunidad general del individuo y podría aplicarse a los más de 80 tipos de estas enfermedades, según Santamaría.
Las enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide, son el resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunológico del organismo
La investigación ha sido realizada en modelos animales y demuestra por primera vez que los linfocitos T reguladores autorreactivos, que protegen al organismo contra enfermedades autoinmunes concretas, se pueden expandir en vivo de forma eficiente y reproducible.
Células contra virus y bacterias
En estas enfermedades, los linfocitos T, las células que coordinan la respuesta inmune contra virus y bacterias, atacan a las células del propio organismo en vez de protegerlas, dañando el órgano diana.
"Para tratar la enfermedad, se deben eliminar los linfocitos defectuosos, pero los fármacos actuales no tienen mecanismos para distinguirlos de los normales, ya que los medicamentos utilizados para tratar estas enfermedades autoinmunes también suprimen la inmunidad normal, por lo que dejan el paciente desprotegido frente otras enfermedades", afirmó el doctor Santamaría.
Ahora, los investigadores han descubierto que la administración de un nuevo tipo de nanopartículas, recubiertas con dianas proteicas dirigidas a los linfocitos T que causan las enfermedades autoinmunes, permiten su reprogramación hacia linfocitos T reguladores y la eliminación selectiva de la enfermedad en cuestión.
"Lo hacen a través de un nuevo mecanismo celular en cadena que regula la respuesta inmunológica", indica Santamaría.
La investigación ha conseguido restaurar los niveles normales de glucosa en sangre en ratones con diabetes tipo 1, la función motora en ratones con una enfermedad similar a la esclerosis múltiple y la estructura y funcionalidad de las articulaciones en ratones con artritis.
En el trabajo también ha participado el grupo de Diabetes Tipo 1 del Departamento de Fisiología e Inmunología de la Universidad de Barcelona, dirigido por Thomas Stratmann, y otros investigadores de Canadá y EEUU.
Cómo y cuánto afectan
De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy se conocen más de ochenta enfermedades autoinmunes y se sabe que afectan a entre el 3 y el 7 por ciento de la población occidental. En Estados Unidos solamente, esas dolencias afectan a más de 23 millones de personas, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Sin embargo, la Asociación Americana de Enfermedades Autoinmunes estima que se trata del doble.
Dentro de esta gran cantidad, estos trastornos afectan desproporcionadamente a las mujeres, que representan casi el 80 por ciento de los casos. A menudo las afectan en edad fértil, por lo que se convierten en una complicación para el embarazo. Las razones de este panorama desigual todavía no son comprendidas por los médicos en profundidad.
"Las enfermedades autoinmunes son una enorme carga para los individuos afectados y sus familias debido a su naturaleza devastadora y crónica", señaló Daniel Rotrosen, director de la división de alergia, inmunología y trasplantes del National Institute of Allergy and Infectious Diseases en Estados Unidos. "Pueden requerir una vida de tratamiento, a menudo con medicamentos inmunosupresores potentes que pueden tener efectos secundarios preocupantes".
Entre las enfermedades autoinmunes más comunes está la artritis reumatoide, que ataca el revestimiento de las articulaciones, la diabetes tipo 1, que destruye las células necesarias para controlar el azúcar en la sangre, y la esclerosis múltiple, que daña revestimientos alrededor de los nervios. También se presentan la enfermedad de Crohn, que ataca el tracto gastrointestinal, la esclerodermia, que provoca el crecimiento anormal de tejido conectivo en la piel y vasos sanguíneos, la psoriasis, en la que las nuevas células de la piel se dañan, la enfermedad de Hashimoto, que afecta a la glándula tiroides, y el lupus eritematoso sistémico, que puede dañar las articulaciones, la piel, el corazón, los pulmones y los riñones.
"Si les decís a tus amigos que tenés cáncer, lo entienden, pero si les decís que tenés lupus, no entienden por qué te tomó tres horas salir de la cama porque tus articulaciones te duelen por la inflamación", dijo Judith James, presidente de la Fundación de Investigación Médica de Oklahoma. "El lupus también puede afectar tu cerebro, causarte depresión y afectar tu capacidad de pensar. Es una enfermedad terrible".
"Las enfermedades autoinmunes parecen ser una falta de coincidencia entre los genes y el medio ambiente", dijo David Hafler, presidente del departamento de Neurología en la Escuela de Medicina de Yale. "No es sólo un gen, existen cientos de variantes genéticas comunes que en conjunto conducen a estas enfermedades. Pero todo esto plantea la cuestión de por qué no hemos encontrado el desencadenante del riesgo por género".
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