El hombre llegó a la Luna en 1969 gracias al recordado programa Apolo. La Luna pasó a escribirse con mayúsculas por su unicidad, pese a que casi todos los planetas del Sistema Solar tienen su satélites, a excepción de Venus y Mercurio. Sin embargo, hasta hoy no se tenía conocimiento de una luna por fuera, de una exoluna.
Un nuevo estudio publicado en arXiv abre esa posibilidad. Gracias al Telescopio Espacial Kepler, estrenado en 2009, se detectaron los primeros indicios de la existencia de una exoluna, es decir de una luna por fuera del Sistema Solar.
El potencial satélite estaría localizado a 4.000 años luz de la Tierra, girando en torno a un planeta que se encontraría en la órbita de la estrella Kepler-1625. La luna alien sería inmensa, equivalente al tamaño de Neptuno y su planeta sería tan grande como Júpiter.
La Universidad de Columbia estuvo a cargo del descubrimiento. En la búsqueda de satélites, el equipo liderado por David Kipping se valió de un "truco" para lograr el hallazgo. A través del telescopio, midieron la luz de la estrella Kepler-1625 que se refleja en el planeta, en la búsqueda de oscurecimientos que permitan vincularse al paso de una luna.
En esa línea, registraron tres disminuciones de brillo en el planeta a medida que rodeaba la estrella. De acuerdo a los científicos, los registros respaldan casi con seguridad, en una escala de 4 sigma, que las fluctuaciones responden a una causa externa y no a una intermitencia azarosa.
En un principio, el trabajo se centró en 284 exoplanetas, con similitudes a Júpiter, que Kepler encontró; los considerados más probables para soportar sistemas de luna. No obstante, los últimos datos marcan lo contrario: la mayoría no tiene lunas. Como máximo, 108 de ellos podrían tener una. La escasez radica en que muchos de estos planetas, cuando emigran, se separan de su satélite.
De confirmarse su existencia, sería la primera luna masiva detectada alrededor de un mundo extraño y, de hecho, sería la más grande jamás vista. Marcaría un antes y un después en el estudio del cosmos. Sin embargo, en el equipo de investigación prefieren la cautela. Aseguraron que necesitan recopilar más datos y que recién para octubre tendrán un patrón más claro si es que la señal se mantiene.
"Por ahora es mejor describir al objeto como algo que coincide con lo que sería una luna, pero, quién sabe, podría ser otra cosa", dijo Kipping. "Estamos emocionados por ello. Estadísticamente es una probabilidad muy alta, pero ¿realmente confiamos en las estadísticas? Esto es algo no cuantificable. Hasta que contrastemos las mediciones con el telescopio Hubble, la proporción es 50-50", agregó.
LEA MÁS: