China está en carrera para conquistar la Luna con una misión tripulada. En 2013, el país asiático fue el tercero -detrás de Estados Unidos y Rusia- en conseguir aterrizar un satélite lunar en el planeta. Ahora, la intención del gobierno es clara: lograr que sus astronautas pisen la Luna con el fin de comprobar si, algún día, podría ser habitable.
El ambicioso plan busca convertir al gigante asiático en una potencia espacial. La intención concreta es conseguir que, en 15 ó 20 años, varios de sus astronautas sean capaces de llegar a la Luna. Se anunció la creación de una nave capaz de aguantar los retos que plantea una hipotética llegada.
La investigación transita sus pasos preliminares. Lo curioso es que varios estudiantes de la Beihang University serán puestos a prueba en un innovador experimento.
Se trata de un "Gran Hermano" lunar de 200 días de duración. Tras acabar una primera fase de 60 días, en la que un grupo de voluntarios han cumplido con su primera misión, un grupo de cuatro personas se encerrarán durante 200 días en un habitáculo de unos 70 metros cuadrados, donde convivirán como si lo hicieran en el interior de una aeronave. La intención no es otra más que probar el funcionamiento de su módulo de soporte vital bioregenerativo (BLSS, por sus siglas en inglés).
El habitáculo tendrá solo un espacio habitable, además de otros dos en los que cultivarán plantas con una estructura que simula la biosfera terrestre. Todo lo que comerán en esos días provendrá de lo generado por ellos mismos. Es decir, serán estos cuatro voluntarios los que se encarguen de plantar y cultivar cereales, verdura o fruta, además de producir agua y fertilizantes, así como procesar los residuos que se generen y purificar el aire.
La universidad explicó las razones del encierro de estos cuatro estudiantes voluntarios. "El experimento tiene la intención de ayudar a desarrollar las tecnologías necesarias para garantizar la seguridad y la calidad de vida de los astronautas en exploraciones espaciales de mediano y largo plazo", afirmó el comunicado.
Serán casi 7 meses, en donde el equipo científico se encargará de analizar cómo conviven estos cuatro estudiantes, dónde es necesario potenciar el BLSS y qué se debe de mejorar para conseguir que los futuros astronautas no tengan problemas en sus viajes de mediana y larga duración al espacio. Una vez que termine esta segunda fase, tendrá lugar la última, de 105 días de duración, que servirá para acabar con el proyecto de un año de duración que buscará la conquista de la Luna.
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