Mucho se ha hablado de la buena salud que goza el papa Francisco, quien a los 80 años ejerce uno de los cargos de mayor poder del mundo y lleva una agenda que a más de uno dejaría de cama.
Dueño de una genética favorable, el Sumo Pontífice nunca ocultó que se trataba con la medicina oriental -lo atiende hace años un médico chino- como así tampoco que consume desde hace tiempo lo que se conoce como "la fuente ideal y más potente de Omega 3": aceite de krill.
Se sabe que los ácidos grasos Omega 3 son beneficiosos para la salud. Y también que el cuerpo humano no es capaz de producirlos, por lo que deben ser incorporados de forma externa.
Las fuentes de Omega 3 de origen terrestre son principalmente las frutas secas, las semillas y sus aceites, pero éstas no contienen ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), que sí se encuentran presentes en los aceites de origen marino, los cuales demostraron tener efectos beneficiosos para la salud.
Pero tampoco cualquier aceite marino. Dentro de las distintas fuentes marinas de Omega 3, el krill (pequeño crustáceo) demostró ser la más importante por las ventajas que presenta respecto al pescado. Asimismo, si bien existen 85 especies de krill distribuídas en diferentes partes del mundo, el de la Antártida es el de mayor calidad. En el aceite de krill, el DHA y el EPA se unen a fosfolípidos, a diferencia de los ácidos grasos omega 3 de aceite de pescado, que se unen a triglicéridos, por lo cual se digiere con mayor facilidad, siendo 2,5 veces más biodisponible en comparación con el aceite de pescado.
A estas conclusiones se llegó luego de que entre 1970 y 2016 se realizaran más de 30 mil estudios de investigación científica para descubrir y profundizar el conocimiento referido al Omega 3, especialmente DHA y EPA, y particularmente al aportado por el krill.
Un pionero
El médico uruguayo Bartolomé Grillo, que a los 78 años de edad se mantiene hiperactivo, trabajando como médico e investigador llegó a la Antártida hace 36 años para estudiar la alimentación de los pingüinos y las propiedades del krill, mejores que las del pescado, por tener fosfolípidos, "mucho más eficientes, por la velocidad que ingresan al organismo y asimismo por la cantidad".
Invitado por el papa Francisco a hablar de sus hallazgos, Grillo se mostró emocionado y agradecido de que el mismísimo Sumo Pontífice le contara en la carta a través de la cual lo citó que estaba al tanto de sus descubrimientos.
Grillo es especialista en imagenología intervencionista, por vía arterial o venosa, y en paralelo con ese perfil profesional de radiólogo vascular y angiólogo, desarrolló aquellas investigaciones pioneras en el continente blanco.
La primera idea o intuición de Grillo era poder descubrir algo que colaborase con los tratamientos de la arteriosclerosis. Operaba a los pingüinos interviniendo sus arterias como se hace en un ser humano. A partir de esa primera experiencia pudo descubrirse que los pingüinos se nutrían con krill. Y aunque existen 85 especies diferentes en distintos lugares del mundo, el de mayor calidad es el antártico.
Qué lo hace "superpoderoso"
El aceite de krill, además, aporta naturalmente astaxantina, un carotenoide altamente antioxidante y antiinflamatorio, que potencia la estabilidad del Omega 3 y, a diferencia de lo que ocurre en el pescado, no tiene un acúmulo de toxinas y metales pesados significativo.
Estas ventajas lo convierten en una fuente ideal y más potente de Omega 3.
En la Argentina puede conseguirse el krill antártico original, elaborado con aceite original de krill 100% puro de prensada en frío de calidad premium, sólo comercializado por una marca.
La cosecha y los procesos de extracción son clave en la calidad del aceite de krill obtenido y que se utilizará en el encapsulado, son los procesos que aseguran la bioactividad, mejoran la digestibilidad, capacidad de absorción y eficacia.
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— Tendencias (@InfobaeTrends) 6 de junio de 2017
Entre las diferentes funciones que se le atribuyen al Omega 3 cabe destacar que es el principal nutriente antiinflamatorio, además reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, función sumamente importante teniendo en cuenta que estas representan el mayor porcentaje de causas de muerte en el mundo. Una de las formas por medio de las cuales logra mejorar la salud cardiovascular es reduciendo los triglicéridos y mejorando la relación entre el colesterol malo (LDL) y el bueno (HDL). Además, regula la presión arterial y tiene efectos antitrombóticos.
Por otra parte, es un nutriente fundamental para la formación y el desarrollo del sistema nervioso, así como para la prevención de enfermedades que pudieran presentarse en el mismo, como ser alzheimer y parkinson. Se asocia particularmente el DHA al aprendizaje y la memoria y, por lo tanto, a la inteligencia de las personas. Sumado a esto, el Omega 3 permite reducir la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes gestacional. Por estas razones se considera importante un adecuado aporte en las embarazadas.
En diferentes estudios se ha demostrado la influencia del Omega 3 en la salud visual desde el embarazo, que es cuando estos ácidos grasos intervienen en la formación de la retina y promueven una mayor agudeza visual y mejor distinción de colores. Y en la vida adulta contribuyen al mantenimiento de la salud ocular, ya que son componentes de la película lagrimal que permite mantener húmedos los ojos, previniendo así el padecimiento de ojos secos.
Las Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para la población adulta un consumo diario de Omega 3.
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