Una de los clásicos reparos de los menores –y también de algunos mayores– relacionados a la salud está ligado con el deber de cumplir el calendario de vacunación. El pinchazo es uno de los temores más frecuentes de las personas, que se resisten a colocarse las necesarias inyecciones.
Sin embargo, esto podría comenzar a cambiar. O al menos puede suceder que no sea una problemática tan recurrente, ya que un equipo científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts desarrolló un novedoso método de fabricación tridimensional con el que un niño podría recibir todas las vacunas con una única inyección.
Las innovaciones científicas en cuanto a inmunizaciones se centran en un objetivo en común: facilitar el proceso de colocación, terminar con la fobia, reducir el número de dosis y ganar aceptación. En este lineamiento, por ejemplo, hace unas semanas se presentó un indoloro y eficaz –según los primeros resultados– parche que promete ser una opción a futuro de las tradicionales vacunas.
Ahora, en el campo medicinal la novedad pasa por un nuevo método que está orientado a reducir la cantidad de aplicaciones. Esta incipiente variante, presentada en la revista Science, se trata de un sistema que almacena las vacunas en cápsulas microscópicas que sueltan la dosis inicial, así como las dosis adicionales en días específicos tras la inyección.
Los expertos estadounidenses diseñaron este tipo de micropartículas comparables con una cápsula de café: son contenedores diminutos, en cuyo interior se almacenan las distintas vacunas, sellados con una tapa para que puedan romperse y soltar su contenido en momentos que se pueden preprogramar.
La tecnología fue probada en un experimento con ratones, en el que los científicos observaron y comprobaron cómo se libera el fármaco un tiempo más tarde. Puntualmente, en los ensayos las sustancias se expidieron exactamente a los nueve, 20 y 41 días tras la inyección. Actualmente, trabajan en lograr que estos contenedores sean capaces de estar por más de 100 días en el organismo.
Robert Langer, investigador del MIT, señaló que esta nueva administración "podría tener un gran impacto para los pacientes de todo el mundo, particularmente de países en desarrollo donde el cumplimiento del tratamiento es pobre". Sería útil para favorecer a aquellos lugares con pocos recursos.
"Por primera vez podemos crear una biblioteca de diminutas partículas de vacunación, cada una de ellas programada para liberarse en un momento preciso y predecible, para que la gente pueda potencialmente recibir una única inyección que ya incluiría dosis múltiples", añadió.
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