Enrojecimiento, picazón, lagrimeo y hasta secreción mucosa del ojo pueden ser los síntomas de una alergia ocular que, tal como sucede con otro tipo de alergias, se desencadena por la presencia de un alérgeno.
La conjuntivitis alérgica, tal como se la denomina en el vocabulario médico, es un proceso bastante común. Es consecuencia de la reacción del sistema inmune contra un alergeno: cuando estas entran en contacto con el ojo, existen células llamadas mastocitos que liberan histamina en rechazo a dicha sustancia alérgica que normalmente debería ser inofensivo.
Como resultado, los párpados y la conjuntiva se tornan enrojecidos, hinchados, y comienzan a picar. Y además puede haber lagrimeo y ardor ocular. "Es importante saber que, si bien son cuadros que muchas veces se asemejan a las conjuntivitis infecciosas, las conjuntivitis alérgicas no son contagiosas", apuntó María Marcela García (MN 120.545), experta del servicio de oftalmología, sección infectología y superficie ocular del
Hospital Italiano de Buenos Aires.
Estos procesos pueden darse como fenómeno de contacto reiterado frente a una sustancia (alergia de contacto), pero la mayoría de las veces suelen darse en forma temporal, ligada a estaciones como la primavera, otoño o a los cambios de estaciones (alergia estacional) o menos frecuentemente en forma continua (alergia perenne).
En general las personas que sufren alergia ocular pueden también manifestar alergia a nivel nasal, con picazón, congestión y estornudos repetitivos. Los alérgenos responsables pueden ser variados, tales como polvo, polen, el pelo o la caspa de mascotas, el humo, los perfumes, cosméticos, algunas drogas o incluso los alimentos. Algunas personas hasta pueden reaccionar frente a conservantes de gotas oftálmicas.
Para un correcto diagnóstico, se recomienda la evaluación de un oftalmólogo, quien podrá diferenciar la conjuntivitis de causa alérgica de las producidas por otras causas, como la infecciosa. Si la alergia es rebelde e intensa, o el cuadro no resulta claro, puede que le solicite estudios de superficie ocular o de sangre. Incluso, puede sugerir la consulta con un inmunólogo en la búsqueda de los alérgenos.
Si bien existe tratamiento médico (colirios antialérgicos, corticoesteroides, o medicación vía oral como la loratadina y derivados, entre otros), que se indicará a criterio de su médico oftalmólogo, la especialista señaló que existen medidas "higiénicoambientales" para intentar minimizar el contacto con el alérgeno.
– Mantener limpios y en buen estado los filtros de aire acondicionado, evitando que alérgenos del exterior entren al hogar o área de trabajo.
– En el caso de alergia al polen, utilizar anteojos envolventes para evitar que este entre en contacto con los ojos, o si es posible, intentar no estar al aire libre en horas de mayor polinización (media mañana y al caer la noche) o cuando hay viento.
– Si la alergia es al polvo doméstico (ácaros) se debe prestar especial atención al dormitorio: "Utilice almohadas con fundas antialérgicas que minimizan la entrada de polvo (y por consiguiente ácaros), y lave frecuentemente acolchados y cortinados con agua caliente. Evite acumular libros en su habitación. Cuando realice la limpieza de pisos, use un trapo húmedo en vez de barrer, de esta forma atrapará ácaros evitando suspenderlos en el aire", aconsejó la oftalmóloga.
– En cuanto a los alérgicos al moho (hongos), limpiar regularmente las áreas que concentran altos niveles de humedad, como sótanos, baños y cocina.
– Si fuente de alergia son los animales domésticos, se recomienda mantenerlos fuera de las habitaciones, lavar las ropas con las que estuvimos en contacto con ellos y el lavado de manos luego de tocarlos.
– Evitar entrar en contacto con sustancias cosméticas o alimentos que se identificaron como desencadenante de la alergia. Utilizar productos cosméticos hipoalergénicos de calidad.
– También se recomienda usar solución fisiológica u otro agente lubricante (lágrimas artificiales), los cuales ayudan a reducir las partículas de alérgenos que se depositan en la superficie ocular.
"Algunas de estas medidas quizás sean difíciles de implementar, pero recuerde que pueden colaborar en reducir la frecuencia e intensidad de los eventos alérgicos. Y, por supuesto, no dude en consultar con su médico oftalmólogo, quien lo ayudará a reducir la sintomatología y la inflamación ocular a través del tratamiento médico apropiado", concluyó García.
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