Con altibajos, el frío llegó para quedarse y el invierno aún no comenzó. Por eso, además de la recomendación de aplicar la vacuna a quienes integran los denominados grupos de riesgo, siempre se deben tener en cuenta los buenos hábitos de higiene como medida de prevención de enfermedades.
Por un lado, las patologías típicas del frío, que afectan sobre todo a niños menores de cinco años y adultos mayores, incluyen resfrío, gripe, bronquitis, faringitis y neumonía, así como también intoxicaciones por monóxido de carbono.
Las patologías típicas del frío afectan sobre todo a niños menores de cinco años y adultos mayores
Dentro de este grupo de enfermedades, causadas generalmente por virus y bacterias, el resfrío es la más leve, con una duración de tres a cinco días, mientras que la gripe, la bronquitis –especialmente la aguda–, y la faringitis requieren tratamientos más puntuales, en tanto que la neumonía se constituye como la principal causa de internación en esta época del año.
Según explicó el doctor Eduardo Vainstein, jefe de la unidad 5 del Hospital de Niños, "la mayoría de los adultos sanos que contraen gripe quizá puedan infectar a otros desde un día antes de manifestar síntomas y hasta 5 a 7 días después. Algunas personas, en particular los niños y quienes tienen debilitado el sistema inmunológico, quizá puedan contagiar a otros durante un periodo más largo".
Frente a este panorama, el doctor Silvio Luis Aguilera (MN 52003), director médico de Vittal, compartió consejos clave para evitar el contagio y propagación de gérmenes:
– Ventilar la casa diariamente durante aproximadamente unos 20 minutos.
– Cubrirse la boca al toser o estornudar usando el antebrazo, no las manos.
– Lavarse las manos de manera habitual con agua y jabón.
– Evitar los cambios bruscos de temperatura.
– En caso de integrar alguno de los grupos más vulnerables, como adultos mayores, niños o embarazadas, vacunarse contra la influenza y el neumococo es la medida de prevención más eficaz.
– Evitar el contacto directo con personas contagiadas.
– Consumir alimentos con alto porcentaje de vitamina C.
– Utilizar siempre pañuelos descartables para no estar constantemente "reinfectándose" las propias manos.
Por otro lado, los especialistas insistieron que "dado que los niños menores de seis meses son demasiado pequeños para ser vacunados, la mejor manera de protegerlos es asegurarse que las personas que los rodean reciban la vacuna para evitar contagiarlos".
LEA MÁS: