Los tatuajes se han convertido en una gran tendencia entre jóvenes y adultos. Se trata de una moda que refleja una gama de condiciones sociales, estéticas y artísticas. Muchas personas utilizan este recurso como medio identificatorio y de personalidad o bien, para dejar marcar una etapa de la vida que merece ser recordada eternamente. Su uso es antológico e histórico y se remonta al año 5.000 a.C, pero resulta que no son tan inofensivos como se creía hasta ahora.
Según informaron especialistas de dermatología de Buenos Aires, en la literatura médica existen más de 1600 reportes de infecciones, alergias y otras afecciones cutáneas a corto y largo plazo que pueden perjudicar la salud humana. "Si alguien se los va a hacer, la recomendación es que sean pequeños, de color negro y alejados de lunares", alertaron los doctores Hugo Cabrera, ex jefe de servicio y fundador del servicio de dermatología del Hospital Posadas, y la doctora María Daniela Hermida, dermatóloga de planta del CEMIC a CyTA-Instituto Leloir.
Aunque cualquier tatuaje puede producir una alteración en la piel, "aquellos realizados con pigmentos rojos o azules, que habitualmente contienen derivados mercuriales, son los que tienen mayores chances de presentarla. La piel reacciona a estos colores y produce lesiones como granulomas, pseudolinfomas o reacciones liquenoides que representan formas muy específicas de alergia", aseguró la doctora Hermida.
El estudio confirmó que el intervalo de tiempo existente desde que se realiza el tatuaje hasta aparecer la reacción es variable. Las complicaciones pueden presentarse horas, semanas o meses después de realizado el mismo. También se han señalado reacciones más tardías, años después, las cuales son ocasionales e infrecuentes.
"Como dermatóloga, mi recomendación es que se eviten los tatuajes. Pero si alguien va a realizarlo de todas formas, le aconsejaría que sea lo más pequeño posible, en color negro y nunca arriba o cerca de un lunar, dado que dificultan su estudio y control [para la prevención del melanoma]", puntualizó Hermida.
Tener presente el local en el que uno se realiza el diseño también es importante ya que, quien realiza el labor debe tener nociones básicas corporales para evitar mayores complicaciones que las ya descripta por los profesionales en su estudio.
"Al realizar un tatuaje se produce una herida en la piel, por lo que el profesional que lo realice debería tener un conocimiento exhaustivo de las diferentes zonas anatómicas que maneja, a fin de evitar el contacto con estructuras subyacentes como vasos o nervios, minimizando posibles complicaciones. También es fundamental que tanto la persona como el establecimiento dedicados a esta tarea, cumplan con las condiciones higiénico sanitarias requeridas, para proteger la salud del tatuador y de los usuarios", aseguró la doctora Andrea Castillo del servicio de dermatología en el portal del Hospital Alemán.
Los especialistas principales del estudio concluyeron en que, la actividad de los tatuadores debería ser regulada o estandarizada a nivel nacional, tal como hacen países como Suecia y Dinamarca, para lograr evitar mayores complicaciones que las que ya ofrece actualmente.
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