Por Daniela Hacker
Juana S. tiene 48 años y tres hijas. Tenía una vida plena, hasta que notó, hace cinco años, que necesitaba ir al baño más seguido de lo habitual. Pensó, en aquel entonces, que era una situación circunstancial, nada por lo que debía preocuparse. Pero con el tiempo algo cambió y la urgencia se convirtió en constancia.
"Al principio ir al baño me daba 'seguridad', porque me ayudaba a evitar que se me escapasen unas gotas de pis cuando estornudaba o saltaba. Ir a una fiesta o a un cumpleaños se convirtió en una pesadilla. Llegaba al salón, o la casa, y lo primero que miraba era dónde estaba el baño. Por ejemplo, antes de cada tanda de música iba a hacer pis pero igual, no evitaba mojarme. Las toallitas protectoras se convirtieron en una compañía diaria, esencial", relató a Infobae.
El caso de Mariela P. no es muy diferente. Durante toda su vida fue una mujer fit, hacía deportes casi todos los días, pero luego de tener a sus hijos, correr se le hizo imposible. Aunque iba al baño antes de empezar a ejercitar, nunca lograba evitar mojarse. Por su parte, Lidia J, de casi 50 años, comenzó con los primeros síntomas hace un par de años y, ante el más mínimo esfuerzo, tenía que correr al baño. Ya no existía protector que la ayudase.
Juana, Mariela y Lidia tienen algo en común: las tres padecían incontinencia urinaria producto de las disfunciones del piso de la pelvis, un mal más común de lo que se conoce y que también incluye síntomas como la pérdida de gases y hasta de materia fecal. Además, otro de los efectos negativos es el prolapso de los órganos pélvicos adyacentes a la vagina, como la vejiga, el recto y el útero. También puede producir constipación y algunos desórdenes sexuales.
A ninguna de las tres su médico le aconsejó rehabilitación muscular después de los partos naturales. Y así, estas mujeres, se acostumbraron a perder pis ante el mínimo esfuerzo. Y la "vergüenza" que sentían las llevó a evitar que lo hablen con sus amigas, sus familiares e incluso sus médicos.
A diferencia de Argentina, en países como Canadá, Francia, Suecia y Holanda, la rehabilitación empieza durante el embarazo y luego, en el post parto, es obligatoria.
El doctor Carlos Sarsotti (MN 74644), médico dedicado a la uroginecología, explicó a Infobae: "Una de cada cuatro mujeres que tuvieron por lo menos dos hijos tienen incontinencia urinaria frente a los esfuerzos, o sea, pierden pis a partir de los 40 años".
No existe en el país datos cuantitativos sobre las mujeres que sufren este problema pero, a nivel mundial, se considera que, al llegar a los 80 años, una de cada diez mujeres será operada de incontinencia o prolapso de los órganos pelvianos.
"El promedio de mujeres con prolapso es a los 55 años. Y, al menos el 11% de la población de mujeres que tuvieron dos o más hijos, a los 65 años, tienen riesgo de perder también gases o contenido del tubo digestivo", dijo Sarsotti.
Entonces, ¿es mejor parir por cesárea? "De ninguna manera", explicó el doctor y sumó: "Los bebés deben nacer por donde el profesional considera más seguro e indicado. Las cesáreas a demanda sistemática no tienen asidero científico desde el punto de vista de las disfunciones del piso de la pelvis y ponen en riesgo al bebé y a la mamá".
Por su parte, la doctora Ileana Sänger (MN 97550), médica dedicada a la uroginecología, explicó: "No sólo las mujeres que tuvieron embarazos pueden tener prolapso e incontinencia de orina. También hay otros factores como la genética, la obesidad, fumar o determinadas ocupaciones que pueden causarlo. Pero el factor más común es haber tenido partos vaginales".
Mitos equivocados
- Es normal que las mujeres a determinada edad y, por haber parido, deban padecer.
- Los tratamientos para controlar la incontinencia no sirven porque las pacientes quedan igual o peor.
- La rehabilitación muscular no sirve.
- El mejor ejercicio es interrumpir el chorro de la orina.
- Los ejercicios te los puede recomendar cualquier persona y se pueden hacer a cualquier momento y lugar.
"Las mujeres no estamos destinadas a padecer. La prevención puede evitar la aparición de los síntomas, retrasarlos o curarlos. Con pocas consultas con el médico, los sistemas de salud, pueden ahorrarse grandes sumas de dinero en operaciones posteriores", comentó Sänger.
Por otro lado, la especialista recomendó "no interrumpir el chorro de pis, ya que genera reflujo urinario y puede favorecer infecciones urinarias recurrentes". Con respecto a los ejercicios sostuvo que "deben ser reglados, programados y supervisados sólo por un profesional de la salud convenientemente entrenado".
Aunque las mujeres puedan acostumbrarse a los diferentes trastornos y tomarlos como "parte de la vida" o "normales" existen diferentes soluciones a la incontinencia y al resto de los problemas que vienen relacionados. Lo importante es consultar a un especialista para que evalúe si necesita rehabilitación o, según el caso, una cirugía. Hay muchos hospitales en nuestro país que tienen servicios de uroginecología para resolver este problema de forma gratuita.
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