Sentado en un sillón frente a la televisión. O sentado en una silla frente a la computadora. Es un error muy frecuente entre los gamers. No pueden sostener la espalda contra el respaldo por la adrenalina misma del juego. Buscan adentrarse cada vez más en las pantallas. Sentirse parte de los acontecimientos que transcurren frente a sus ojos. Por eso, se encorvan, se acercan.
Adam Fields, un quiropráctico que trabaja en Kentucky, aseguró que la mayor parte de sus pacientes son ávidos gamers. "El mayor problema que veo es el síndrome postural", remarcó. La columna vertebral pasa factura. Los hombros se resienten y el cuello se ve dañado.
"Es gente jorobada. El daño se produce por estar inclinado hacia adelante o por mirar el teléfono o la pantalla de la TV por horas sin ningún tipo de ejercicio para contrarrestarlo", sostuvo Fields, que también agregó que muchos de sus pacientes gamers asisten hasta 4 veces por semana a su clínica para recibir un tratamiento.
El tiempo es el punto clave en la condición. A medida que pasan los años, corregir las malas posturas de la juventud se vuelve más difícil. El cuadro se complejiza poco a poco. "Si no corregís el síndrome cuando sos joven, vas a ser propenso a encorvarte a medida que envejecés, y posiblemente padecerás muchos otros problemas", explicó el especialista en una entrevista en Vice.
La dificultad radica en la identificación de los primeros síntomas que suelen pasar desapercibidos, sentirse como sensación "de malestar general" o pequeños "ardores", pero no como un real problema a considerar.
En los últimos años, además, los juegos de consolas y PC cedieron su lugar de privilegio al dispositivo móvil. Al celular que, de acuerdo a Fields, es el mayor responsable del mal postural extendido entre los gamers. "Jugar en los dispositivos portátiles es terrible, porque estás mirando hacia abajo", aseguró. Llevar el dispositivo a la altura de los ojos resulta una molestia física. Por eso, el quiropráctico recomendó: "Si vas a jugar un rato en tu teléfono al menos colocalo sobre una mesa y apoyá los codos para ayudarte".
Un estudio publicado en 2006 encontró que una postura de 135 grados, es decir con el asiento reclinado hacia atrás, ayuda a evitar los dolores posteriores en la espalda. Los especialistas, por más que resulte obvio, aconsejan levantar unos centímetros la televisión o el monitor para no encorvarse y mantener la mirada en dirección recta.
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