Durante los meses de verano, la exposición a los rayos de sol aumenta considerablemente. Por lo tanto, de la misma manera que se protege la piel, hay que cuidar los ojos de la radiación.
En el largo plazo, los rayos ultravioleta (UVA y UVB) producen una serie de alteraciones oculares, que se pueden prevenir.
"Según numerosos estudios científicos, la radiación UV está involucrada en la formación de cataratas, maculopatías, enfermedades corneales y problemas en los párpados, entre otras patologías. Todas son producto del daño fotobiológico y del envejecimiento celular prematuro", explicó a Infobae Luciano Berretta, médico oftalmólogo y especialista en retina.
Dentro de ese marco, sostuvo que los grupos más vulnerables "son las personas de edad, las de ojos y piel clara, y los niños".
La importancia de saber elegir anteojos
Hay muchos en el mercado y, lamentablemente, cada vez son más las personas que optan por adquirirlos en la calle y estos no poseen ningún tipo de protección. Son solo una carcasa bonita.
"La protección ocular que previene estos problemas son los anteojos oscuros, pero solo los que contienen 'filtro UV' 100 por ciento. El uso de gafas sin filtro UV es aún más peligroso porque la dilatación pupilar aumenta la cantidad de radiación que alcanza el interior del ojo", agregó el especialista.
Y finalizó: "La elección de lentes oscuros es un tema a considerar. Es muy importante que tengan UV y se debe escoger la tonalidad adecuada. Es crucial también probarlos con luz solar y no artificial, para no llevarse sorpresas los días de mucho sol".
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