La relación entre la discriminación y la dificultad para dormir

Existen muchas investigaciones que asocian los hechos discriminatorios con daños para la salud general. De acuerdo a una reciente investigación de la Universidad de Virginia, EEUU, también afecta el buen descanso. Los detalles

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El estudio examinó la relación entre la discriminación y los marcadores de sueño subjetivo y objetivo (IStock)
El estudio examinó la relación entre la discriminación y los marcadores de sueño subjetivo y objetivo (IStock)

Para algunos conciliar el sueño es una tarea difícil de concretar. El origen de este problema está relacionado con las situaciones que se viven durante el día y que se graban en la mente con mayor o menor frecuencia e intensidad, pudiendo afectar la profundidad y el tiempo del descanso.

Existen investigaciones que señalan que la discriminación y el estrés crónico son capaces de ocasionar dificultades para dormir y elevar los riesgos para la salud. El sueño inadecuado se vincula con resultados adversos para el bienestar general, como el aumento de los problemas cardiovasculares, de sufrir diabetes o ser más propensos a la obesidad.

Los hechos discriminatorios constituyen factor muy importante, ya que según un estudio realizado por la Universidad de West Virginia, Estados Unidos, las personas que más los sufren tienen un riesgo mayor de padecer problemas para dormir, teniendo en cuenta las medidas tanto subjetivas como objetivas del sueño.

Para arribar a esta conclusión, publicada en la revista Psychosomatic Medicine: Journal of Biobehavioral Medicine, los científicos seleccionaron a 441 adultos -con una edad media de 47 años- que habían participado en un estudio nacional de salud y bienestar. Un tercio de estas personas eran de etnia negra.

La evidencia sugiere que la calidad del sueño es peor en las minorías no blancas en comparación con los blancos (IStock)
La evidencia sugiere que la calidad del sueño es peor en las minorías no blancas en comparación con los blancos (IStock)

Los investigadores proporcionaron a los voluntarios un dispositivo de monitorización de las actividad, que utilizaron durante una semana con el fin de recopilar datos sobre medidas objetivas del sueño, tales como la eficiencia del sueño, calculada como porcentaje del tiempo que se pasa en la cama. También se analizó la frecuencia con la que tuvieron problemas de sueño, una evaluación de carácter subjetivo.

Durante las pruebas, se midieron las experiencias percibidas utilizando una escala de discriminación diaria. Los especialistas preguntaron a los participantes con qué frecuencia fueron tratados con menos cortesía o respeto que otros, o con qué periodicidad fueron insultados o acusados.

Considerando factores demográficos, estilo de vida y salud, los involucrados que obtuvieron puntuaciones más altas de discriminación fueron asociados con un 9 por ciento más alto de probabilidades de mala calidad del sueño y con un 12 por ciento de probabilidades más altas de poca eficacia de sueño.

Los sujetos de raza negra mostraron casi cuatro veces más probabilidades de sufrir una mala eficiencia del sueño. Para los especialistas "los resultados apoyan el modelo de que la discriminación actúa como un factor de estrés que puede perturbar el sueño subjetivo y objetivo". Además, dijeron que "la edad, el sexo y los factores de salud mental y física explican sólo una pequeña proporción de los efectos de la discriminación".

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