Es conocida como la "droga de la felicidad", de la "alegría inmediata" o hasta "del amor", todos eufemismos, ya que sus efectos distan de esta fama, que tiene netos fines propagandísticos. La MDMA -metilendioximetanfetamina-, conocida como éxtasis, volvió a cobrarse otra víctima, otra joven.
El éxtasis es una droga sintética asociada -mal- a las fiestas electrónicas, como si fuese un ritmo musical y no su entorno lo que genera su consumo. De hecho, según los últimos datos difundidos por la Sedronar, su uso y abuso en Argentina se encuentra en franco crecimiento. Solo entre el período 2001 y el 2011 escaló al 1000% y estos datos surgen a partir de los allanamientos y detenciones que se realizan, por lo que su existencia -mayormente entre los jóvenes- sería aún mucho mayor.
Infobae dialogó con la médica psiquiatra Geraldine Peronace, quien desde hace más de una década trabaja junto a los jóvenes que sufren adicción o sobredosis y que desde el 2016 recorre establecimientos educativos del país, públicos y privados, para alertar a los padres sobre los peligros que esconden este tipo de sustancias.
"Las drogas se consumen en todas las edades y niveles sociales. Hay un falso mito sobre quiénes las utilizan. Sin embargo hay un público que es muy vulnerable, el de la juventud, que se dejan llevar por la moda del 'ser feliz a cualquier precio'", explicó Peronace.
Luego de la tragedia de Time Warp, el éxtasis pasó al centro de la escena, ya que quedó en evidencia cómo es parte de la noche -no sólo porteña- y la manera en que los jóvenes se vinculan.
"No hubo una merma del uso del éxtasis luego de lo que fue la tragedia de Time Warp. Al contrario, sigue aumentando. Hay que trabajar a conciencia en el tema de prevención primaria, secundaria y terciaria", dijo la especialista. Y agregó: "El éxtasis es la cuarta droga más consumida por los jóvenes después del alcohol, la marihuana y el tabaco, en este orden".
Los efectos inmediatos y los peligros mediatos
Diferentes especialistas aseguran que las nuevas generaciones, como los Millennial y los Centennials, buscan todo aquello que genere desinhibición, que eleve los niveles de excitación. Y la MDMA tiene esa capacidad, ya que mediante la liberación en abundancia de la sustancia neuronal serotonina, se transportan a un clima de pseudofelicidad, con una mejora del humor y hasta un cierre del apetito.
La especialista explicó que la droga tiene dos caminos: la de los efectos neuronales inmediatos y, por otro, la de los efectos orgánicos subterráneos.
"Hay una sensación de estimulación mental, se siente mayor empatía por el otro, como un bienestar general, ya que disminuye la ansiedad", dijo. Y agregó: "Es un estimulante, los jóvenes bailan por horas sin saber o notar que esto tiene un precio". Sin embargo, detrás de este 'estado de felicidad' se encuentran los verdaderos efectos, los que permanecen en el cuerpo, lo que trastornan el normal funcionamiento de la salud.
Efectos como la náusea, los escalofríos, la sudoración o la contractura involuntaria de los músculos de la mandíbula, calambres musculares y la visión borrosa son solo la cáscara de males mayores.
La MDMA se absorbe de manera rápida en el torrente sanguíneo y una vez dentro, los metabolitos afectan el metabolismo del cuerpo, interfiriendo con su habilidad para descomponer la propia droga. Como resultado, se pueden producir concentraciones inesperadamente altas en la sangre, lo que podría empeorar las consecuencias cardiovasculares y generar nuevos efectos tóxicos.
"El organismo llega a niveles límite de resistencia y puede tener consecuencias fatales. Aumenta de manera feroz la temperatura corporal, se pueden producir fallas en los riñones y hasta surgir problemas cardíacos".
Además, las pastillas también pueden tener "efectos devastadores a nivel psicológico": "Este tipo de drogas no está tipificada. No hay manual que reproduzca a ciencia cierta lo que contienen, entonces los médicos ante cada caso se encuentran con un nuevo desafío. No se sabe qué tiene cada comprimido".
"El mayor riesgo radica en el grado de toxicidad, ya que pueden ser letales. Además, afectan todo el aparato cardiovascular, produciendo arritmias, aumenta la presión y hasta puede generar accidentes cerebrovasculares", dijo.
Además, pueden desencadenar "aneurismas que no fueron detectados con anterioridad y provocar un ACV".
De acuerdo al Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EEUU otros efectos posibles son:
- Inquietud
- Irritabilidad
- Tristeza
- Impulsividad
- Agresividad
- Trastornos del sueño
- Sed
- Reducción en el interés y placer sexual
- Disminuciones significativas en las habilidades mentales
- Hipertensión arterial
- Sensación de desmayo
- Ataques de pánico
- Pérdida del conocimiento
- Convulsiones
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