Un número cada vez más grande de niños padece de presión alta debido principalmente a la obesidad. Y la evidencia actual apuntaría a que este síntoma podría llegar a dañar y a disminuir las facultades cognitivas de los chicos, lo que provocaría una reducción alarmante en sus habilidades relacionadas con la memoria, con su tiempo de atención y con la organización de hechos fácticos.
En uno de los estudios más abarcativos y profundos realizados hasta la fecha y publicado en "The Journal of Pediatrics", se descubrió que 75 niños entre los 10 y los 18 años que sufrían de presión alta no diagnosticada tuvieron un rendimiento más pobre en tests que analizaban las funciones cognitivas, en comparación con otros 75 pares cuya presión sanguínea era normal.
Las diferencias eran sutiles, y esta nueva investigación no prueba que la presión alta disminuya las habilidades cognitivas de los infantes, pero, sin embargo, los descubrimientos son alarmantes, según explicaron los expertos. El doctor David B. Kershaw, director de pediatría en el Hospital de Niños C. S. Mott de la Universidad de Michigan aseguró que "este estudio demuestra que hay algunas diferencias". El especialista, quien no participó del relevamiento, no cree que se trate de una coincidencia.
El doctor Marc B. Lande, profesor de pediatría en la Universidad del Centro Médico de Rochester, y sus colegas a cargo del estudio, realizaron esta investigación con niños en cuatro lugares distribuidos en tres estados de Estados Unidos. Tuvieron en cuenta para su análisis la presión sanguínea, la edad, la educación maternal, la etnia y los niveles de obesidad, entre otros factores relevantes.
Para que el estudio sea lo más certero posible, los especialistas excluyeron a niños con problemas de aprendizaje y desórdenes de sueño, que pueden afectar enormemente las facultades cognitivas de los individuos. Los que sufrían de presión alta desarrollaron un peor rendimiento que sus pares en tests de memoria, de rapidez de procesamiento y de habilidades verbales, aunque los resultados se mantuvieron en el rango de normalidad.
Debido a la creciente obesidad infantil, la hipertensión ya no es rara entre los niños, aunque muchas veces no es diagnosticada. Según reveló una encuesta también realizada en Estados Unidos, 3,5% de 14.187 chicos entre los 3 y los 18 años sufre de presión alta. "La mayoría de las personas no entiende que los factores de riesgo cardiovascular -en este caso la hipertensión- puede afectar el pensamiento y la memoria", advirtió la médica Kristine Yaffe, profesora de psiquiatría, neurología y epidemiología en la Universidad de California, en San Francisco.
Los investigadores a cargo del estudio descubrieron que los niños con hipertensión también tenían una tendencia a sufrir de otros factores de riesgo que podrían afectar de manera negativa a sus facultades cognitivas, entre las que destacan la resistencia a la insulina y apnea obstructiva del sueño. "La presencia de presión alta empeoraba el efecto de los desórdenes del sueño en las habilidades cognitivas".
Sin embargo, malos resultados en estos tests no significan necesariamente que el niño sufra en su vida diaria. "Sí, hay algunas diferencias, pero lo que éstas implican en el funcionamiento de la vida cotidiana todavía no está del todo claro", explicó la doctora Julie R. Ingelfinger, profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard, y especialista en nefrología del Hospital General de Massachusetts.
Se requiere todavía más investigación para descifrar si se puede tratar a niños con hipertensión con ejercicio, dieta o medicación para que mejoren sus facultades cognitivas. Y esto es precisamente lo que están haciendo los especialistas a cargo del estudio, quienes se encuentran en pleno tratamiento de los 75 niños que fueron parte de este relevamiento.
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