Las adicciones, sean de sustancias legales o ilegales, continúan su avance en la sociedad y se convierten en un flagelo para la salud pública. El Informe Mundial sobre las Drogas 2016, realizado por la ONU, reveló que uno de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una sustancia adictiva. Por su parte, el Informe del Uso de drogas en las Américas de 2015, de la OEA, puso a los jóvenes y, en especial a los adolescentes, en el centro de la problemática.
El segundo trabajo fue realizado a través de un estudio de campo y con la información oficial de 19 países; tres que conforman América
del Norte, tres de América Central, once de América del Sur y sólo dos del Caribe.
Concluyeron que la aproximación hacia el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias comienza cada vez a menor edad y que esto afecta tanto a la salud física como al bienestar psicológico de los adolescentes y su desarrollo biopsicosocial.
Dentro de este marco, la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) realizó una encuesta que abarcó a jóvenes entre 17 y 30 años de CABA y Gran Buenos Aires, que dejó en evidencia que el tabaco y el alcohol son las sustancias legales más consumidas entre los adolescentes. Además, entre las ilegales, la de mayor consumo es el cannabis.
Según el trabajo, las razones principales esgrimidas fueron "la diversión y la experimentación" y detectaron asimismo una negación de los peligros para la salud y una actitud de naturalización hacia el consumo, lo que para los especialistas dificulta las estrategias de prevención.
La encuesta reveló que siete de cada diez jóvenes consideran que les sería fácil acceder a la marihuana en caso de quererlo, mientras que el 30% declaró que le sería fácil conseguir cocaína.
Con respecto a la edad promedio en el inicio del consumo de sustancias, se determinó que a los 15 años se accede al alcohol; a los 16 al tabaco; mientras que al cannabis y psicofármacos, a los 18. Un año después se produce el acercamiento al éxtasis, LSD, y cocaína. Sin embargo, se han encontrado casos con edad de inicio menor: 14 años para el alcohol, tabaco a los 15 años y cannabis a los 17 años.
El alcohol, el inicio de todos los males
"Parece repetitivo, cansador, pero es 100% cierto. El alcohol sigue siendo la principal puerta de entrada de los jóvenes hacia un camino de adicciones", dijo Geraldine Peronace a Infobae, psiquiatra y especialista en adicciones.
La compulsa puso en evidencia esta afirmación. Es la sustancia más consumida, con el 89% de los jóvenes que afirmó haber tomado alcohol en su vida alguna vez; el 80% lo hizo en el último año y 59,5% hace menos de un mes. Uno de cada cuatro jóvenes aseguró que se emborracha casi todos los fines de semana.
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"La adolescencia se puede definir como la etapa más conflictiva y difícil que uno transita a lo largo de su vida. A esta edad se creen dueños de todo, con derecho a todo, invencibles e inmortales y por regla general, creen que nunca les va a pasar nada", explicó a Infobae la psicóloga Celia Antonini.
Por su parte, el psicólogo Gervasio Díaz Castelli explicó que "en el adolescente hay predominio de la acción y lo impulsivo por sobre la reflexión. Sumemos la falta de miedo que hay esa etapa y la tendencia a cruzar los límites".
"Uno de los temas que más debe preocupar es que los jóvenes acceden cada vez más rápido a las drogas. El inicio en el consumo de alcohol, por ejemplo, está produciéndose cada vez más a los 13 años. Las 'previas', esos encuentros en algún lugar antes de ir a bailar, se hacen más extensas o cada vez más seguidas e incluyen los días de semana", dijo Peronace. Y agregó: "Al mismo tiempo se producen nuevos 'fenómenos', como los atracones de alcohol, que es tomar lo máximo posible en el menor tiempo, y las bebidas elegidas son aquellas con mayor graduación etílica, como el vodka".
Marihuana, un mal con "buen marketing"
La aprobación de uso medicinal del cannabis para algunas enfermedades, como la epilepsia, en muchos lugares del mundo y, la semana pasada, en San Luis, podría ser -según los especialistas- una de las razones de la imagen positiva que la planta posee en ciertos sectores de la sociedad. Sin embargo, explicaron que no es lo mismo utilizar algunos de sus componentes, con rigor científico, para encontrar un beneficio para la humanidad -al igual que sucede con otras millones de sustancias provenientes de la naturaleza-, que el consumo, sea en cigarrillo, vaporizador o en comidas, de un compuesto producido bajo normas y componentes extras desconocidos, con ya conocidos efectos para el desarrollo y mantenimiento cognitivo, entre otros.
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El 2,5% reconoce haber fumado cannabis en la vida; 17,8% en el último año y 7,8% declara haber consumido marihuana en los últimos 30 días.
De acuerdo con el trabajo, seis de cada 10 personas cercanas consumen cannabis y siete de cada 10, tabaco.
Mientras que el 50% de los encuestados percibió como riesgoso el consumo de tabaco, solo el 40% consideró a la marihuana como una sustancia peligrosa para el organismo. Además, las proyecciones tampoco son buenas: de los que consumen cannabis, apenas el 9% piensa dejarla, mientras que el 19% de los que no la consumen están considerando hacerlo.
"El desarrollo neurobiológico del cerebro se concluye entre los 24 y 25 años. Hasta esa etapa se siguen desarrollando áreas específicas. Todos los jóvenes que vayan a consumir van a estar dañando y dejando improntas en zonas que están nuevitas", agregó Peronace.
"Llegan a los 18 años con una vasta experiencia en excesos buscando algo más que los motive y alegre, pero con un vacío enorme. Allí ingresa la adicción y es cada vez más difícil que salgan, porque quieren ir por más", comentó a Infobae la psicóloga Beatriz Goldberg.
Antonini sentenció: "Los padres y la sociedad tenemos que encontrar medidas de control efectivas que ayuden a los adolescentes a poder divertirse sin poner en riesgo sus vidas o la de los otros, porque ellos por su cuenta tienden al descontrol y al exceso".
Finalmente, Goldberg invitó a "lograr una felicidad más auténtica, más real y menos hollywoodense, pero hay que llenarse de vitalidad y energía. Buscar metas claras y estar energizados como hay que estar con los bríos de esta etapa, con ganas de cambiar al mundo y no que el mundo te transforme a ti".
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