En los últimos años, la Argentina recibió a miles de turistas entusiasmados con conocer y disfrutar todos sus atractivos. Y como si fuera poco, desde hace un tiempo el país también se convirtió en un "destino estético", para aquellos visitantes que deciden realizarse tratamientos exprés de rejuvenecimiento.
Según los especialistas, se trata de profesionales o ejecutivos -un 70% mujeres y un 30% hombres-, que gastan un promedio USD 2.000 por cada tratamiento, se alojan en los mejores hoteles y aprovechan para degustar vinos y gastronomía de primer nivel. La mayoría procede de países limítrofes como Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, mientras que también hay representantes de Italia y algunas regiones de Medio Oriente, donde directamente no existe esa oferta.
En las últimas semanas, un informe realizado y publicado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advirtió sobre los riesgos del turismo médico. La investigación surgió luego de observar que muchos pacientes -tras la intervención quirúrgica- exhibieron síntomas como fiebre, inflamación, dolor y secreciones en la herida, hasta tres semanas después de haberse sometido a la cirugía estética.
En la mayoría de los casos, estos no fueron diagnosticadas con la infección sino hasta cerca de tres meses después del procedimiento al que se habían sometido.
Así, se presenta un escenario inesperado y desagradable para aquellos que buscan el procedimiento al otro lado de las fronteras: en la mayoría de los casos, los síntomas contraproducentes aparecen una vez que el sujeto regresó a su hogar, ya lejos de aquel profesional que le realizó el tratamiento.
Otro de los conflictos radica en el reposo postoperatorio. Algunas de las cirugías realizadas requieren un tiempo de descanso en los días posteriores al procedimiento. Sin embargo, la gran mayoría de esos turistas busca continuar con su itinerario del viaje en lugar de quedarse en el hotel o acudir a las visitas periódicas de control a la clínica donde se trató.
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"Somos un país donde la estética es muy importante. Tenemos un público muy exigente que nos obliga a estar permanentemente actualizados en lo que a tecnología e innovación se refiere", aseguró la cirujana plástica Griselda Seleme (MN 80.033), miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA). "Verse bien y sentirse rejuvenecido es una tendencia a nivel global. Mejora la autoestima y es un mimo que las mujeres y los hombres se permiten cada vez más", agregó.
La decisión de operarse en Argentina tiene un motivo muy claro: la calidad profesional y la seguridad que brindan los centros de estética. También, la economía en el costo de la cirugía respecto a lo que ocurre en otros países. Según la CDC, más de 750 mil personas de Estados Unidos viajan por año a otros sitios a realizarse procedimientos médicos.
A su vez, según la Sociedad Internacional de Cirugía Estética, Argentina se ubica dentro de los 10 países con mayor cantidad de operaciones. Se estima que se realizan anualmente más de 300 mil intervenciones quirúrgicas y no quirúrgicas.
En los últimos cinco años, los procedimientos quirúrgicos aumentaron un 17% y los no invasivos se incrementaron un 44%
"Es conocida la pericia y la exigencia que suelen tener los cirujanos argentinos. Si a eso le sumamos los costos bajos que tienen los procedimientos estéticos y quirúrgicos para muchos extranjeros -que vienen con dólares y pagan en pesos- el resultado es que cada vez más personas aprovechan sus viajes turísticos y se hacen algún retoque", explicó Guillermo Galgano (MN 77.442), médico especialista en cirugía plástica y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER).
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Galgano aclaró que "es fundamental ser transparente con las personas y que estos se realicen los análisis correspondientes antes de hacerse una cirugía o tratamiento. También es importante el control que se de luego de la intervención. En el país que sea, cada médico debe estar encima de su paciente para que no padezca este tipo de infecciones".
Liposucción: la intervención más elegida
La Asociación Americana de Cirugía Plástica (ASAPS) publicó las estadísticas más recientes respecto a la demanda de tratamientos quirúrgicos y no invasivos durante 2015. En ellas, la técnica que se ubicó en el primer puesto fue la liposucción, con un incremento del 16% en relación a 2014.
Entre las mujeres, el top 5 lo completan la cirugía de aumento mamario, la abdominoplastia, blefaroplastia – la más requerida por los hombres a partir de los 51 años– y el levantamiento de senos, que desplazó a la rinoplastia.