Cómo debe cuidar su corazón una persona con HIV

La toma prolongada de la medicación antirretroviral puede producir algunos trastornos metabólicos. En diálogo con Infobae, un experto revela claves para controlarlos y mejorar la calidad de vida

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Las claves para que el corazón funcione de manera normal (Shutterstock)
Las claves para que el corazón funcione de manera normal (Shutterstock)

Por Dr. Daniel Stamboulian

Gracias al esfuerzo de los investigadores y de las propias personas que vivieron con VIH desde el inicio de la epidemia, desde mediados de la década del 90 existen fármacos y estrategias que permitieron lograr la primera de las metas en el camino hacia la curación de la infección: dejó de ser una enfermedad indefectiblemente mortal para convertirse en un problema de salud crónico y controlable.

Hoy, aquellas personas que siguen el plan acordado de controles médicos, consumo adecuado de antirretrovirales y controles periódicos de sus valores de laboratorio, tienen una altísima chance de alcanzar una expectativa y una calidad de vida muy similares a las de la población general no infectada con el virus.

Sin embargo, este logro supuso un nuevo punto de partida ya que conseguir la cronificación de la infección supuso la aparición de nuevos desafíos como consecuencia de la prolongación de la vida. En forma paralela a la caída de la carga viral plasmática y al aumento del recuento de CD4, producto del uso de antirretrovirales, se observó que muchos pacientes presentaban inesperados aumentos de las grasas y del azúcar de la sangre.

"Muchos de ellos se exponen a algunos efectos adversos de la medicación que se expresan fundamentalmente en trastornos metabólicos como aumentos del colesterol y los triglicéridos que pueden conllevar a un incremento del riesgo cardiovascular de estos pacientes, tal como sucede con cualquier persona que presenta estos valores altos", explicó doctor Edgardo Bottaro, infectólogo, coordinador médico de Helios Salud.

De esa forma, el cuidado de la salud cardiovascular emergió como un tópico central. De acuerdo al especialista, este fenómeno era particularmente frecuente con las antiguas medicaciones antirretrovirales. Con las drogas de nueva generación estos problemas se han ido reduciendo y hoy "disponemos de fármacos que tienen un mejor perfil metabólico que no necesariamente inducen trastornos metabólicos en los pacientes", agregó.

La medicación antirretroviral puede producir algunos trastornos metabólicos (Shuttersotck)
La medicación antirretroviral puede producir algunos trastornos metabólicos (Shuttersotck)
 

Por otra parte, existen buenas medicaciones hipolipemiantes, que reducen los niveles de lípidos en sangre, que pueden ser combinadas con los antirretrovirales que toman los pacientes con buena tolerancia y con muy buena efectividad.

Metabolismo, corazón y antirretrovirales

"Además de elegir esquemas de tratamientos antirretrovirales 'amigables' desde el punto de vista de los lípidos, siempre tratamos de proponer cambios de estilo de vida", indicó Bottaro que también es integrante del servicio de infectología del Hospital General de Agudos "Donación Francisco Santojanni".

Además de las elevaciones de lípidos se pueden presentar otros factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo, la diabetes o el tabaquismo, que se asocian con un incremento del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. Por este motivo, entre estas modificaciones se encuentra la recomendación de cesar el consumo de tabaco que, según señaló el experto, es una situación altamente prevalente en pacientes que viven con VIH. El objeto de estas intervenciones sobre el estilo de vida es mejorar de manera integral la salud cardiovascular. "No se trata solo de bajar el colesterol y los triglicéridos, sino también de reducir el peso, favorecer la actividad física, promover el consumo de alimentos beneficiosos para la salud cardiovascular", destacó.

Seguimiento y control

Estuvimos en una etapa en la que, con las medicaciones anteriores, este tipo de situaciones eran muy frecuentes y hoy, gracias a la experiencia clínica y a la investigación para el desarrollo de mejores tratamientos este escenario es cada vez menos frecuente. Sin embargo, los controles siguen siendo necesarios. La periodicidad va a depender de en qué situación se encuentra cada paciente.

"Aquellos, que recién inician su tratamiento requieren un monitoreo más frecuente de los valores en sangre de azúcar, colesterol y triglicéridos. En este sentido, consideramos que, en el primer año, tal vez sea adecuado un control cada tres o cuatro meses, pero una vez que el paciente tiene su tratamiento estable, su carga viral suprimida y que el médico ya conoce su perfil metabólico, con 2 controles por año – algunos incluso dicen que con un control anual- sería suficiente", señaló Bottaro.

Cambiar el estilo de vida

Es importante promover la adopción de aquellas conductas y hábitos que contribuyan a mejorar nuestra salud. Un conocido cardiólogo de Houston sostenía que el Stress descarga más adrenalina y colesterol de la que puede producir la ingesta de un alimento dulce, como un postre. En este sentido es importante trabajar para que el paciente, además de tomar su medicación tome las medidas necesarias para controlar su nivel de estrés y que realice actividad física. "A nosotros nos parece fundamental. También es cierto que a veces las velocidades a las cuales nos movemos en la vida pueden atentar contra esa intención. Sin embargo, es importante buscar la manera de incorporar estos cambios", expresó el experto.

Es importante que el paciente que se lo proponga consiga practicar ejercicio físico regular adaptado a su edad y su estado físico. Repetir esta rutina 3 veces a la semana durante 20 minutos cada vez es sería lo ideal. No hace falta que la actividad sea extenuante, ni proponerse ganar ninguna carrera. "Es suficiente con empezar caminando o andando en bicicleta, disfrutando en compañía de amigos o pareja. Esto ayudará a mejorar la hipertensión arterial, el estrés y el sobrepeso"", agregó.

Metabolismo y alimentación

No todos los problemas de colesterol mejoran con la dieta y la actividad física. Existen personas que, por causas genéticas, tienen valores elevados en sangre de estas sustancias de modo independiente del tipo de alimentación o la cantidad de ejercicio que realicen. Para estos casos, la indicación de medicamentos es la norma. No obstante también están aquellas personas que si se benefician con la incorporación de estos hábitos saludables.

"En Helios trabajamos con un equipo de nutricionistas que entre sus principales actividades son el trabajo con los trastornos metabólicos de los pacientes y con aquellos que tienen sobrepeso", indicó el doctor Bottaro. Estos profesionales trabajan sobre todo con aquellos pacientes cuyo sobrepeso se da por la acumulación de grasa central (en el vientre) que son los que presentan un mayor riesgo vascular y de tener trastornos en el metabolismo del azúcar.

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