
La casa no está en orden. El último simposio de Fertilzar Asociación Civil aportó definiciones inquietantes respecto de la fertilización de cultivos comerciales en la Argentina. Se dijo que alrededor de 40 millones de toneladas de granos dejaron de producirse debido a la ineficiencia en esta tarea. Se subrayó que el fósforo exhibe una caída sostenida en su disponibilidad, con casi 60% de la superficie agrícola del país por debajo de 20 partes por millón, un umbral crítico para muchos cultivos; la Argentina pierde alrededor de 6 kilos de fósforo por año y por hectárea producida. La brecha promedio de rendimiento entre una fertilización adecuada y la ausencia total de fertilización puede ser del 32%.
Los datos son preocupantes de cara a una nueva campaña. A pesar de que se espera un crecimiento del área destinada al trigo, los negocios con fertilizantes aún no reflejan plenamente este entusiasmo, empuje que probablemente va a recuperarse una vez que se termine de trillar la gruesa, según entiende la consultora IF. Hay una cuestión que sobresale a nivel global y desde luego también en la Argentina: la relación entre el precio del fósforo y el de los granos no es del todo amigable.
El tema del costo de este nutriente es un dolor de cabeza en todo el planeta agrícola. Analistas estadounidenses reflejan que los valores del fósforo se están convirtiendo en un problema para el maíz que se está terminando de sembrar en el Corn Belt, ya que contribuyen a debilitar el modesto margen del farmer. IF dice que en el mercado argentino, la escasa demanda y la presión vendedora dificultan el traslado de esos aumentos a los precios locales, tanto en el caso de los fertilizantes fosfatados como en el de los nitrogenados. De todos modos, las posiciones de stock con costos históricos más bajos están desapareciendo progresivamente lo que, de mantenerse, podría generar un reacomodamiento gradual de precios hacia valores más alineados con el contexto internacional.

No falta mucho para que comiencen a definirse las primeras compras de fósforo para la gruesa, y todo indica que los precios tenderán a sostenerse, salvo que China libere un volumen considerable de producto al mercado global, algo que podría ocurrir hacia fines de junio o principios de julio. Las exportaciones de DAP y MAP desde el gigante asiático comenzaron a reactivarse con embarques limitados, pero se impusieron nuevas restricciones a productos como NP/NPS, SSP y TSP.
La presión alcista en el mercado global de fertilizantes fosfatados se sostuvo en días recientes, precisamente porque aún no se han despejado del todo las limitaciones a los envíos desde China, además de nuevas compras por parte de la India, y el contexto geopolítico vinculado con los aranceles en Europa y Estados Unidos. El mercado argentino no mostró grandes novedades en cuanto a precios o volúmenes durante la última semana. Se mantuvo en sintonía con la región, con niveles de MAP en torno a USD 750–755 CFR, acompañando la tendencia regional.
Respecto de Brasil, los precios se sostuvieron en torno de USD 725 CFR para MAP, pero la actividad fue limitada. Algunas ofertas desde Arabia se cerraron por fórmula para julio. Los valores se mantienen por falta de alternativas más económicas.

En el caso de los fertilizantes nitrogenados, el mercado global mostró una firmeza generalizada impulsada por el lanzamiento de una licitación formulada por la India –influencia siempre decisiva en esta materia-, cortes de suministro en Egipto y disponibilidad aún limitada por parte de China. La movida india fue suficiente para generar subas en Medio Oriente y Norte de África.
Lo que hagan los chinos es muy importante en este mercado, y vienen también con exportaciones demoradas. IF estima que los primeros embarques estarán disponibles recién a partir de la segunda quincena de junio. Las aprobaciones regulatorias y los precios mínimos exigidos siguen limitando la salida de volumen.
Los valores de Brasil continuaron en torno de USD 390– 400 CFR, sostenidos por la oferta competitiva de Irán, que mantuvo las cotizaciones bajas frente a otros orígenes. A pesar de haber comenzado el momento de asegurarse el fertilizante, los compradores brasileños continúan cautelosos, esperando la entrada de producto chino.

El mercado argentino estuvo más dinámico que el brasileño. Se reportaron ventas en el rango de USD 410– 420 CFR. La urgencia de los compradores para asegurar producto en junio fue mayor, debido a mejores condiciones climáticas y desafíos logísticos más exigentes, de acuerdo con lo que indica IF.
Lo anunciado más arriba deja en claro la necesidad de avanzar en las estrategias de fertilización que tiendan al menos a detener la sangría de nutrientes que afecta a muchas zonas de cultivo en la Argentina. No hay tiempo que perder.
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