El informe de Gendarmería Nacional —que recibirá hoy el fiscal Eduardo Taiano— que indica que el ex fiscal Alberto Nisman fue asesinado a sangre fría, aumentó las sospechas que recaen sobre el técnico informático Diego Lagomarsino.
Es que su relato en el expediente tiene contradicciones internas y ciertas aseveraciones con escasa posibilidad de comprobación empírica.
El peritaje de la Gendarmería, al hablar de un homicidio, no solo estableció que al fiscal lo mataron, sino que, también, todo haría suponer que existió un plan para que parezca un suicidio. En esta hipótesis, Lagomarsino aparece en primer término como colaborador o facilitador.
Los avances en la causa también encendieron las alarmas en el Gobierno. Por lo tanto, de manera preventiva, ante los futuros avances en la causa, se dispuso un operativo para vigilar al ex asesor informático. Los procedimientos son discretos: efectivos de fuerzas de seguridad vestidos de civil monitorean a Lagomarsino en las inmediaciones de su domicilio, ubicado en la localidad bonaerense de Martínez.
Según indicó La Nación, el objetivo es seguir de cerca a Lagomarsino ante eventuales movimientos sospechosos que impliquen un intento de fuga. En ese caso, los agentes deberán alertar al fiscal Taiano para que tome las medidas pertinentes.
Desde el Gobierno explicaron que el operativo "es un discreto trabajo de apoyo a la tarea del fiscal. Solo averiguar y ver".
Lagomarsino fue quien le entregó a Nisman la pistola Bersa 22 —que fue encontrada junto a su cuerpo— para defenderse por si le pasaba algo. El técnico informático no tiene coartada: las hijas de Nisman estaban en Europa y nunca tuvo permiso oficial para portar armas.
Si bien no está imputado y tampoco tiene prohibición de salir del país, con los nuevo avances en la causa se convirtió en un pieza fundamental de la investigación que busca encontrar a los asesinos del fiscal federal.
La pesquisa será extensa, engorrosa y plagada de chicanas, pero en su debido momento, el técnico informático comparecerá frente al fiscal Taiano y al juez Julián Ercolini para declarar qué sabe sobre la ejecución de Nisman.
Mientras salen a la luz nuevos detalles de las pericias de la Gendarmería, se conoció también que la Justicia analiza más de 4.000 llamadas entre personajes ligados a los servicios de inteligencia, que se realizaron, incluso, antes de que se conociera públicamente la muerte del fiscal.
Fueron varias llamadas las que despertaron las sospechas. A los investigadores les llamó sumamente la atención la cantidad de comunicaciones telefónicas –infrecuentes por la época– que se registraron el domingo 18 de enero de 2015, a las 9 de la mañana. Incluso hubo llamadas entre diversas personas que nunca habían hablado entre ellas.
Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, entre esas, las que se están analizando son los cruces entre los teléfonos del ex hombre fuerte de la SIDE Antonio Stiuso y los del ex jefe del Ejército de Cristina Kirchner, César Milani.
Además hay llamadas de policías que integraban la custodia de Nisman. Asimismo, se analizarán los teléfonos ligados a una agencia de seguridad que estaba relacionada con el automóvil Audi que manejaba el fiscal.
En este contexto, ayer, el diputado nacional Waldo Wolff, del Pro, aseguró que el autor material del crimen del ex fiscal de la causa AMIA fue un integrante de los servicios de inteligencia.
"El autor material surge, por el sentido común, en función de lo que yo considero un homicidio. Creo que fue un servicio, alguien con conocimiento de este tipo de armado", afirmó en diálogo con Radio La Red.
En este marco, Taiano y Ercolini reunirán la evidencia necesaria para acercarse a los posibles autores ideológicos, partícipes necesarios y encubridores del asesinato.
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