En el espacio político que armó Florencio Randazzo en el inicio del 2017 se mezcla la tensión por la salida de un intendente importante como Juan Zabaleta (Hurlingham), con el entusiasmo de los principales candidatos que tiene Cumplir y que le reclaman a la militancia no conformarse con los 559.516 votos obtenidos en las PASO.
El magro resultado generó que Zabaleta pegara el portazo y llamara a votar por Unidad Ciudadana en los comicios de octubre. "Fue para salvar la ropa en el distrito y que no nos pase por arriba la ola amarilla", razonaron desde el entorno del intendente, horas después de su alejamiento. Otros jefes comunales que acompañan al ex ministro pensaron lo mismo en los días posteriores a las elecciones, pero la mayoría prefirió bajar el perfil y esconder los enojos debajo de la alfombra. Randazzo los llamó uno por uno y los convenció de aguantar la cachetada de la derrota.
En el segundo tramo de la campaña electoral, en el randazzismo se propusieron cambiar el eje del discurso. Dejar de hablar del pasado, para empezar a poner el futuro en la agenda del presente. Tienen en claro que Randazzo no será senador pero aspiran a hacer la mejor elección posible en octubre. Todos, inclusive el ex ministro del Interior, piensan en el 2019. La intención es que Florencio, y quienes lo acompañan, tengan un lugar de importancia en la discusión que, según creen la mayoría de los dirigentes del PJ, se dará en el peronismo después de las elecciones generales de este año.
Vamos a reconstruir el peronismo y le vamos a aportar en octubre un millón de votos
Con la decisión tomada de cambiar el rumbo de la campaña, en el espacio que lidera Randazzo surgió la idea de profundizar las caminatas por la provincia de Buenos Aires y elevar la vara para los próximos comicios. Ni conservar los votos obtenidos en agosto, ni sumar algunos sufragios más que marquen la diferencia y le den un envión a la fuerza política. El nuevo horizonte es juntar un millón de votos. Una motivación que ya les fue inyectada a los militantes que acompañan al ex funcionario del kirchnerismo. Una manera de no bajar los brazos ante la realidad concreta de la matemática electoral.
La idea surgió de los plenarios que realizaron los militantes del Movimiento Evita, la Juventud Peronista (JP), la UOCRA de La Matanza y la UOM ligada a Francisco el "Barba" Gutiérrez. En esas reuniones, donde las discusiones y la autocrítica tomaron protagonismo, los presentes se convencieron de plantear un horizonte más ambicioso y menos conformista.
"Vamos a reconstruir el peronismo y le vamos a aportar en octubre un millón de votos", les dijo Fernando "Chino" Navarro, primer candidato a diputado provincial en la tercera sección, a los militantes que lo escucharon en uno de los últimos encuentros. Luego se los repitió en un mensaje de Whatsapp que se viralizó por los grupos del pequeño universo randazzista.
En Cumplir no reina el triunfalismo (no hay motivos para que así sea), pero la expectativa atraviesa sus arterias. Quizás sea una necesidad y no un sentimiento. En el interior del espacio están convencidos de que se aproxima un nuevo tiempo en el peronismo y que ellos dieron el primer paso antes que el resto. Esa idea está anclada en un posible escenario que se generaría después de las elecciones, en el que Cristina Kirchner no tendría el suficiente apoyo para conducir al histórico partido. El triunfo o la derrota de la ex presidente cambiarán rotundamente esa hipótesis.
En el cristinismo perciben que el pasado se los traga, en nuestro espacio los militantes sienten que tenemos todo para crecer
En diferentes rincones del peronismo nacional crece la idea de que la ex mandataria no podrá vencer al gobierno en las próximas elecciones y que ese posible resultado la debilitará como líder. Son suposiciones que lanzan diputados y senadores por los pasillos del Congreso. Son esperanzas de un tiempo nuevo sin el liderazgo de Cristina y con un peronismo unido bajo una nueva conducción. Palabras que se disuelven en el aire.
Uno de los candidatos a diputado por Cumplir reflexionó sobre el entusiasmo de la militancia y el resultado de la inyección anímica de los últimos encuentros: "Ven a los cristinistas caídos ya que saben que en octubre Cristina pierde y el Frente Renovador está en caída libre. Aquellos perciben que el pasado se los traga, los nuestros sienten que tenemos todo para crecer".
En el randazzismo se curan las heridas con alcohol. Rápido. Sin vueltas. No tienen margen para replantearse un nuevo camino. Ya eligieron. Bien o mal, pero decidieron caminar en paralelo al kirchnerismo. En menos de un año sabrán si fue una decisión acertada.
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