Nacionalizar la campaña electoral, profundizar la polarización con Cristina Kirchner y evitar menciones a los recortes que prevé el presupuesto 2018. Bajo estas directivas precisas del presidente Mauricio Macri, el Gobierno se apresta a encarar desde este martes la campaña electoral de octubre con el firme objetivo de conseguir muchas más victorias que la cosechadas tras las PASO.
El Presidente, los ministros, secretarios de Estado, funcionarios de segundas líneas, legisladores y candidatos de Cambiemos formarán en su conjunto como parte de la tropa oficialista encaminada a dar un "fuerte batacazo", como dicen en la Casa Rosada, al peronismo y en especial a Cristina Kirchner. Ayer hubo reuniones febriles en Balcarce 50 para empezar a delinear los planes proselitistas que se vienen y Macri terminará esta mañana de bajar a sus ministros la estrategia electoral en una reunión ampliada del gabinete nacional que se hará en la Casa Rosada.
Según confiaron a Infobae diversas fuentes del Gobierno, la intención oficial es dividir en dos partes el trabajo para las semanas que quedan hasta el 22 de octubre: por un lado, los funcionarios se abocarán en una primera etapa a la gestión concreta de gobierno y en una segunda parte, más cerca de los comicios, habrá actividades concretas de campaña proselitista con actos y recorridas.
Dentro de este esquema de trabajo, tanto Macri como el gurú ecuatoriano Durán Barba y los ministros creen que la mejor estrategia electoral será profundizar la polarización con Cristina Kirchner y nacionalizar el discurso electoral.
"Enfrentarse con Cristina y elegirla como blanco de ataques electorales ignorando al resto de las fuerzas nos dio resultados positivos en varias provincias, por lo que no vemos que haya que modificar esta estrategia ahora", dijo un encumbrado funcionario que tiene despacho cerca del Presidente. Esta polarización contempla dejar en un segundo plano a Sergio Massa y Florencio Randazzo por un simple motivo: en el Gobierno están convencidos de que los votos de estos peronistas podrían ir a las filas de Cambiemos en la gran mayoría si el votante del PJ rechaza a Cristina y no la quiere volver a ver como alternativa de poder en las presidenciales de 2019.
Este plan está atado a una estrategia de nacionalización de la campaña en contra de la provincialización del discurso electoral que buscarán liderar varios gobernadores del PJ a los que no les fue bien en las PASO. "Hay que tratar de mostrar la obra pública nacional y evitar que el discurso cerrado de los gobernadores empañe a nuestros candidatos", destacó un ministro a Infobae.
En este sentido, el Gobierno ya observa algunos gestos de este esquema de provincialización de la campaña en varios distritos. Por ejemplo, ayer el gobernador de La Pampa, Carlos Verna, destituyó de la Policía provincial a dos comisarios mayores que en 2010 habían sido condenados por delitos de lesa humanidad cometidos en esa jurisdicción durante la última dictadura. Esto fue visto como una muestra desesperada de poder de un gobernador peronista que en las PASO perdió ante Cambiemos. El de La Pampa no es el único caso. La legislatura de Río Negro prevé tratar el viernes próximo el proyecto de ley del Poder Ejecutivo provincial para prohibir la instalación de una central nuclear en esa provincia, dejando de lado el convenio suscripto en mayo entre el distrito y el gobierno nacional para construir una nueva generadora de electricidad. Con ello, el gobernador ex kirchnerista Alberto Weretilneck intenta deslegitimar la obra pública nacional en detrimento de las supuestas bondades de su gestión.
En Neuquén, el diputado nacional y candidato a renovar su banca por Unidad Ciudadana de Neuquén, Darío Martínez, convocó ayer a quienes no están de acuerdo con Macri a votarlos el 22 de octubre, "para ponerle un límite a las políticas nacionales". Y el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, afirmó que las PASO son "un gastadero de plata inútil" y aprovechó para señalar que su partido, el Movimiento Popular Neuquino (MPN), "ganó la elección por equipos".
Con fuego de campaña nacional Macri buscará reforzar aquellos distritos en los que a Cambiemos les fue muy bien como Córdoba, La Pampa, San Luis, y Entre Ríos. Pero también el Presidente estará en aquellas provincias en las que Cambiemos no obtuvo buenos resultados precisamente porque limitó la campaña al ámbito local. Este es el caso concreto de Tucumán donde José Cano decidió enfrentar al peronismo de Juan Manzur. Para contrarrestar el esquema provincial de campaña, Macri viajará allí el viernes con el ministro de Transporte Guillermo Dietrich para inaugurar una remodelación del aeropuerto de San Miguel de Tucumán. En Santa Fe también habrá recorrida de ministros y del Presidente para apuntalar el voto de Cambiemos que quedó a solo un punto y medio del PJ. Algo similar ocurrirá en Tierra del Fuego, Chubut y Buenos Aires. Esta última provincia será crucial para potenciar la campaña nacional ya que allí Cambiemos se juega a todo o nada en la pelea contra Cristina Kirchner. Por esto, la gobernadora María Eugenia Vidal se pondrá al frente de la campaña con Macri y juntos mostrarán obra pública nacional en todo el conurbano bonaerense.
El ministro del Interior Rogelio Frigerio forma parte de esta estrategia de nacionalización de campaña que estará acompañada de una profundización de los planes de vivienda, programas de agua potable, cloacas, el Procrear ampliado para la compra de casas y planes para incentivar el consumo masivo.
Claro que no todo será un baño de flores en el camino electoral hacia octubre. En medio de ello, el 15 de septiembre, la Casa Rosada llevará al Congreso el proyecto de ley de Presupuesto 2018, donde están contempladas las metas fiscales del año que viene y también los recortes. Pero Macri les tiene prohibido a sus funcionarios hablar de la poda que se viene y mucho menos en campaña.
"El presupuesto del año que viene prevé techos y algunos recortes pero esto hay que mostrarlo como un saneamiento del déficit de las cuentas nacionales y no como algo malo", se sinceró ayer un funcionario de Desarrollo Social. En rigor, este ministerio es el que menos recortes quiere instrumentar Macri para el año que viene. Aunque en todas las carteras habrá una guadaña del gasto público ya que el Gobierno quiere cumplir, como ayer dijo el ministro Nicolás Dujovne, "con las metas fiscales de un país serio". Esto prevé una baja de al menos un punto en el déficit primario nacional. En otras palabras: recorte de fondos, menos partidas y eventualmente una nueva limpieza en el personal estatal para el 2018.
Pero de estos temas "poco atractivos" nada se espera que hablen los funcionarios del Gobierno. Mejor –razonan en la Casa Rosada- será nacionalizar la campaña y hablar mal de Cristina Kirchner.
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