Su voto estuvo en duda hasta la última hora de ayer pero finalmente la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, emitió su voto en Río Gallegos en medio de un fuerte operativo de seguridad que le permitió votar en no más de 10 minutos y retirarse sin responder preguntas de la prensa. El objetivo primordial, que era evitar un fuerte repudio popular por parte de las unidades sindicales, se evitó gracias a varios factores: hora del voto, operativo cerrojo en la información de las coordenadas y la participación de un mínimo colectivo militante que sirvió para "encapsular" a la mandataria hasta la puerta de la Escuela 11 de la capital santacruceña.
La hora se confirmó bien temprano por fuentes oficiales de la gobernación de Santa Cruz, pero Alicia llegó a la cita con una hora de demora. Se pautó de esa manera para evitar que la cola en la mesa 642 se extensa y eso demore el trámite electoral. Alicia, de nula participación en la campaña legislativa, ni siquiera pidió el voto por sus candidatos, llegó envuelta en un sobretodo rosa, con una leve sonrisa de cortesía, acompañada por su hermana María Cristina y su hija, Romina Mercado. Miembros del Ejército y efectivos de la policía provincial efectivizaron un perímetro de seguridad que le permitió a Alicia moverse con rapidez hasta su lugar de votación, evitando cualquier tipo de agolpamiento sobre la gobernadora y sus familiares. Estas medidas de seguridad nunca se habían utilizado para un gobernador y solo se vieron similares movimientos en cada voto que realizó Cristina Kirchner, durante su gestión como jefa de Estado.
Con Cristina y sus hijos en Buenos Aires, el voto de Alicia se volvió central, teniendo en cuenta la profunda crisis por la que atraviesa su Gobierno desde su asunción en diciembre de 2015. Si bien esta semana fue la más positiva del año para Kirchner, con importantes acuerdos con el Gobierno Nacional que permitieron, entre otras cosas, el final a los 105 días de huelga docente, los gremios amenazaron con distintas manifestaciones a funcionarios provinciales lo que puso en alerta a las fuerzas de seguridad y a la propia mandataria. La campaña del kirchnerismo en Santa Cruz no fue fácil y se espera que el desempeño electoral del FPV roce sus peores números históricos.
Alicia votó en menos de 10 minutos. Esperó con notoria incomodidad el sufragio de dos personas, retiró su documento de su cartera negra sin sacarse los guantes, posó para la prensa y se retiró sin responder preguntas. Destacó los 34 años de Democracia, la importancia del voto y evitó cualquier referencia a su presente político. Hubo gritos aislados -apenas se pudieron escuchar referencias a la corrupción y a la falta de pago de salarios- insultos y abucheos pero nada generalizado, ni organizado, el gran temor que le puso tensión una fría pero soleada mañana santacruceña.