Luego de estar demorado e incomunicado durante ocho horas en el aeropuerto Maiquetía de Caracas, Jorge Lanata recuperó su pasaporte y su teléfono celular y pudo contar los momentos de tensión que vivió junto a parte de su equipo.
"Nos prohibieron la entrada sin motivo, no tenían argumentos mientras hacíamos los trámites con normalidad", explicó el periodista en una breve comunicación con TN. "Había diez tipos de seguridad rodeándonos todo el tiempo, incluso estábamos incomunicados entre nosotros mismos, con Martina (Perdiguero), mi asistente".
El conductor de Periodismo para Todos dijo que las personas que los retuvieron "se negaban a reconocer que era una detención, aunque eso estaba claro" y lamentó que "es muy difícil discutir con tipos que reciben órdenes y no cuestionan nada".
Por otro lado, Lanata dijo que, al igual que le ocurrió en el país caribeño en 2012, fue "interrogado duro por el servicio bolivariano de inteligencia", mientras había "ocho efectivos con armas alrededor".
Sin embargo, Lanata aclaró que no todos los efectivos tenían una posición dura hacia ellos, lo que marcaba una clara diferencia interna, como "si fuesen dos países distintos". En ese sentido, agregó: "Mientras los de inteligencia nos interrogaban duro, la gente de la policía nos pedía disculpas, me decían 'no piensen que somos todos lo mismo'".
Apenas conocida la noticia de lo ocurrido con Lanata, el canciller Jorge Faurie encomendó a Eduardo Porretti, Encargado de Negocios de la Embajada en Caracas, quien está al frente de la delegación diplomática, que intervenga con las autoridades locales.
Sobre esto, Lanata explicó que pudo hablar con Porretti e incluso este le ofreció "la embajada para parar, porque todo estaba complicado acá". También puso a disposición un vehículo, pero finalmente descartaron ambas posibilidades. La foto que ilustra esta nota es de Porretti acompañando a Lanata a subir al avión con rumbo a Panamá, escala previa a su retorno a Buenos Aires.