El presidente Mauricio Macri presenció junto a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, la quema de droga incautada del narcotráfico en el operativo Bobinas Blancas, que incluyó una tonelada y media de cocaína en Bahía Blanca.
Allí, en el Edificio Centinela, el jefe de Estado se colocó un barbijo y arrojó algunos ladrillos de droga al horno donde eran incinerados. Luego, en su discurso, expresó que "la batalla frontal contra el narcotráfico recién comienza" y se diferenció, sin nombrarlo, del gobierno anterior: "El Sedronar está trabajando como nunca antes en todo el país en esta emergencia contra las adicciones que hemos declarado. Se empezó a trabajar en todas las provincias".
"Hemos empezado a trabajar juntos para recuperar las fronteras, tener presencia y entrar en los barrios tomados. La batalla va a ser larga, durante muchos años en conjunto con todos los países de la región, porque esto trasciende nuestra frontera", añadió el Presidente.
También elogió el caso de un hombre recuperado de una adicción y sostuvo que "es importante" entender que "mas allá de los números y las estadísticas, cada día mas jóvenes se dejan tentar por el atajo que les propone la droga".
Al respecto, manifestó: "Es algo que nos tiene que comprometer porque detrás de cada uno de esos números, que ahora son la verdad, no hay mas ocultamiento, hay historias reales, familias que se destruyen. Todos se tienen que abocar a recuperar a ese integrante que cayó en la adicción. Cuesta muchísimo".
Sobre esto, agregó que "lo importante es trabajar en la prevención" para que "los chicos sepan en profundidad qué significan esas drogas que le van a ofrecer para que si se tientan lo hagan a consciencia de los riesgos que corren".
"Cuanto más avanzamos más nos damos cuenta que hay mucho trabajo por delante. Pero es el compromiso que asumí. Lo estamos haciendo porque estamos juntos y les pido que sigamos trabajando juntos. Felicitaciones a todas las fuerzas de seguridad", completó Macri.