Académico de la Universidad de Bologna, donde reside, el historiador Loris Zanatta es autor de libros que conmueven el pensamiento latinoamericano en general, y argentino en particular, como Del Estado liberal a la nación católica. 1930-1943 y La internacional justicialista. Auge y ocaso de los sueños imperiales de Perón o Storia dell'America latina contemporánea. Su último trabajo publicado en español, El populismo, anticipó la oleada que llevó al triunfo del Brexit y Donald Trump. Atento observador de la actuación de Francisco desde el Vaticano, se transformó en un duro crítico por su visión populista de los asuntos mundiales. Aquí el diálogo que hoy por la mañana tuvo con Infobae sobre Venezuela, el peronismo y el golpe del 55.
– ¿Usted diría que la dificultad que tiene el Papa Francisco por caracterizar lo que está pasando en Venezuela tiene que ver con la experiencia argentina del golpe de 1955, cuando la Iglesia se enfrentó con el peronismo gobernante?
– En cierto sentido creo que sí, que ve un paralelo entre el peronismo y el chavismo como movimientos nacionales y populares que representan la visión cristiana del mundo y que eso lo condiciona. Se trata de una hipótesis, yo no puedo saber lo que pasa por su cabeza exactamente, si no que me quedo con el análisis de los hechos. Un hombre como el cardenal Bergoglio, que tiene opiniones fuertes sobre una gran cantidad de temas, que se expresó lo mínimo posible en público sobre lo que pasa en Venezuela, demuestra que se trata de algo que lo incomoda. Desde mi punto de vista tiene que ver con su lectura de la realidad, que no está basada en la visión que podríamos sintetizar bajo la idea de democracia versus dictadura, sino pueblo versus oligarquía. Es lo que lo hace tolerante al chavismo y al madurismo. No quiere que la Iglesia se quede del lado de la oligarquía, del lado en que supuestamente se quedó en la Argentina en 1955.
– ¿Entonces ahora su preocupación sería que el fin del chavismo lleve a Venezuela a un proceso como el iniciado en el 55 en la Argentina, de sostenida inestabilidad?
– Mi hipótesis es que su preocupación está centrada en que no haya una transición a un régimen liberal al estilo de Aramburu y buscó una salida similar a Lonardi, digamos, una tercera vía más tradicional y menos radical. En definitiva, al Papa le cuesta entender que tanto el peronismo como el chavismo/madurismo son movimientos antidemocráticos y se equivoca sobre su naturaleza, porque están en contra de la alternancia. El peronismo en el 55 era un régimen totalitario, donde no era posible la competencia democrática. Vale para ambos procesos, aunque por cierto en el peronismo estaba sólido el vínculo social con los trabajadores, lo que no pasa en Venezuela. Aunque lo más importante es que son dos momentos históricos absolutamente distintos, que en rigor no pueden ser comparables, salvo en su emocionalidad.
– Usted suele decir que la visión "nacional-popular" tiene la capacidad de nublar la capacidad de razonar, de mezclar categorías.
– Sí, es una lectura que lleva a una desorientación de la realidad, a cometer grandes errores. Es lo que le pasa al Papa. No dudo de su buena voluntad, pero en nombre del pueblo se alcanza el evidente resultado de que el pueblo queda cada vez más hundido. Por otro lado, si en elecciones el pueblo saca 30% de los votos y la oligarquía el 70%, no sé de qué se habla. Una oligarquía que es mayoría deja de ser oligarquía. Hay mitos ideológicos que hay que desmontar. Hace muy poco tiempo, en octubre, el Papa le dio un nuevo crédito a (Nicolás) Maduro recibiéndolo en el Vaticano, justo cuando la corte suprema venezolana estaba por anunciar su negativa a votar un referéndum revocatorio. Habilitó un supuesto proceso de diálogo que tenía como único objetivo ganar tiempo para que que no haya referéndum revocatorio. Lo usaron al Papa. Era un momento en el que había ser muy explícito buscando respetar la democracia y, sin embargo, le dio más tiempo al régimen. Ahí Francisco se equivocó, se quemó y perdió credibilidad.
– ¿Por qué cree que Francisco es distante con el gobierno de Macri?
– Porque no es un Papa neutral, es muy político. Critica duramente a Michel Temer, también a los gobiernos europeos por sus políticas de migración. Si uno busca una crítica al gobierno de Maduro no hay, a pesar de que no solo no redujo el hambre, sino que lo aumentó. Pero tampoco puede aceptar que las recetas antiliberales no funcionaron en ningún lado y que causaron más hambre al pueblo, crearon más pobreza. Venezuela interroga al Papa, por eso casi no habla al respecto. Claro que puedo equivocarme, es mi análisis de los hechos.
– Sin embargo hay muchos argentinos que se equivocaron con Venezuela, no solo el Papa y no solo los peronistas. Hay muchos que estuvieron trabajando por un diálogo hasta hace pocas semanas.
– Lo atribuyo a una retórica de la hermandad latinoamericana que nadie se atreve a contestar, es un corset, una camisa de fuerza. Se trata de una hermandad latinoamericana que no tiene valores compartidos en torno a qué es la democracia. Nosotros sabemos que el eje bolivariano no es compatible con la democracia liberal. En el caso de Venezuela se pagó un alto costo por esa retórica de la hermandad latinoamericana. Cuba le abrió la puerta a Venezuela, se aceptó que la isla participe de una comunidad regional con valores distintos. Luego llegó a otros países, Venezuela, Nicaragua. En Ecuador hay un proceso que veremos cómo sigue. Los demócratas van a tener que reflexionar sobre este asunto de la hermandad.