Una organización civil que promueve los comicios limpios en la Argentina y la región, Transparencia Electoral, pidió a las autoridades electorales que le permita auditar el escrutinio provisorio, el conteo de los votos que se realiza para obtener el resultado a las pocas horas, pero que no es legal. Como se vino haciendo en los últimos 20 años, ese escrutinio será realizado por el Correo Argentino que, a su vez, contrató a la empresa española Indra, de dilatada experiencia en recuento provisional de votos, con más de 500 elecciones en el mundo.
"Este pedido se basa en los cuestionamientos que se han señalado acerca del papel desempeñado por el Correo Argentino en el proceso electoral 2015, tanto en las elecciones nacionales como así también en algunas elecciones provinciales, como fue el caso de la provincia de Tucumán", expresa en el comunicado la ONG. En efecto, el escrutinio provisorio en esa provincia del norte tomó ribetes escandalosos porque se trató de una "prueba" realizada por el Correo Argentino cuando estaba manejado por cuadros técnicos vinculados a La Cámpora, que pretendían responsabilizarse de la misma tarea a escala nacional. Felizmente, gracias a la movilización popular tucumana, y la intervención de varias organizaciones civiles, ese intento quedó truncó.
Por cierto, la empresa Correo Argentino ya no está manejada por La Cámpora pero "cuanto mayor control, es mucho mejor", dijo Leandro Querido, titular de Trasparencia Electoral, a Infobae. Consultada la empresa estatal, adelantó: "No tenemos ninguna objeción a que sea auditado el escrutinio provisorio, más bien todo lo contrario, aunque es una decisión que nos debe comunicar el Ministerio del Interior". En un sentido similar se expresó Indra.
Pero el secretario de Reforma Institucional, Adrián Pérez, a través de un vocero, dijo que están de acuerdo con los controles y los propician, pero se desentendieron de la decisión política: "Nosotros no tenemos nada que ver con el escrutinio provisorio, los tiene que convocar el Correo Argentino".
Indra ganó un concurso de precios al que fueron convocados también las empresas Smartmatic, MSA y Codetech, pero las últimas dos decidieron no presentarse. Según la información oficial la empresa española se quedó con la compulsa por haber presentado una propuesta con un 6 por ciento menos que su competidora Smartmatic.
Se trata de la primera vez que Indra tendrá la responsabilidad del escrutinio provisorio sin ganar una licitación internacional, como sucedió en los 20 años anteriores. Este año no fue posible cumplir con ese requisito ya que el Gobierno esperaba que esa responsabilidad recayera en la Cámara Nacional Electoral por primera vez, si se hubiera aprobado la ley de Reforma Electoral que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, pero fue frenada por el peronismo en el Senado. En la actualidad, la justicia electoral es la responsable de realizar el escrutinio definitivo, que demora casi un mes.
El Ejecutivo se encontró con la necesidad de resolver -y por primera vez- la compleja logística electoral que demandará un presupuesto total de 2800 millones de pesos, 400 de los cuales serán destinados al escrutinio provisorio.
La contratación de Indra generó suspicacias, y la empresa Smartmatic sugirió que se trataba de un llamado a concurso "a la medida" de la empresa española. Consultada por Infobae, la compañía dijo que "después de haber ganado todas las licitaciones internacionales previas, lo sospechoso hubiera sido que otra empresa ganara un concurso de precios". También aclaró Indra que "los requisitos de este concurso son prácticamente idénticos a los del 2015".
De acuerdo a la ley electoral, los comicios son monitoreados por el Poder Ejecutivo, más específicamente por la Dirección Nacional Electoral, más conocida como "la DINE" que, salvo en el 2015, siempre estuvo en la órbita del Ministerio del Interior. Para esa elección, la DINE fue trasladada al Ministerio de Justicia, ya que Florencio Randazzo, por entonces Ministro del Interior, sería precandidato a presidente de la Nación en las PASO del FPV, lo que llevó a Julio Alak a enfrentarse a las cámaras de televisión con muy poco idea de lo que estaba diciendo. Argentina es uno de los pocos países en el mundo que tiene elecciones bajo el control del Ejecutivo, normalmente en manos de la justicia.
Este año las elecciones serán menos complicadas que las de 2015, ya que prácticamente no hay competencia interna en los partidos y también son menos las categorías de cargos que se eligen. Lamentablemente, no habrá boleta electrónica ni ninguna otra renovación tecnológica. La Cámara Nacional Electoral solicitó la incorporación de un scanner en cada uno de los lugares de votación y seguimiento satelital de las urnas, pero la necesidad de garantizar alta calidad de conectividad en lugares recónditos hace prácticamente inviable ese reclamo.