Hasta anoche, ninguno de los principales candidatos a encabezar las listas del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, ni el resto de los eventuales postulantes, tenía novedades. "En la dulce espera", trascendía desde el entorno de uno de ellos. Pasado el mediodía, María Eugenia Vidal, su mano derecha y jefe de Gabinete, Federico Salvai, y los ministros bonaerenses arrasaban con los sorrentinos en el almuerzo de cierre del retiro en el que se recluyeron desde la noche del domingo, en el complejo presidencial de Chapadmalal, mientras de fondo los dos televisores del mirador clavados en TN y en C5N pasaban la previa del multitudinario acto de Cristina Kirchner.
Antes del almuerzo del lunes -milanesas con puré de papa-, Marcos Peña y la gobernadora hablaron a solas durante el trayecto entre el centro de Mar del Plata, donde anunciaron la construcción de otro Metrobus, y el complejo de Chapadmalal. El jefe de Gabinete fue el invitado estelar del retiro: respondió cada una de las inquietudes de los funcionarios bonaerenses y se mostró en perfecta sintonía con Vidal. Como en el kirchnerismo, la toma de decisiones del oficialismo se decide en una mesa muy selecta, liderada por Mauricio Macri -que ayer siguió el acto K desde su quinta- y a la que solo acceden, además del jefe de Gabinete y la mandataria, el consultor Jaime Durán Barba y el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
La indefinición de ayer de Cristina Kirchner, que sorprendió con una puesta en escena macrista, no hizo otra cosa que prolongar la inquietud y la discusión interna en la Casa Rosada respecto de la elección de los postulantes en la provincia de Buenos Aires. Como publicó Infobae en los últimos días, no habrá sorpresas: Esteban Bullrich o Gladys González encabezan las preferencias para ocupar el primer puesto en la nómina del Senado. En el caso de Diputados, Facundo Manes sería número puesto. Pero ni él, ni Héctor "Toti" Flores, ni Graciela Ocaña o el embajador Guillermo Montenegro -que ocuparán un lugar en las listas de la Cámara baja- habían recibido señales en las últimas horas. Esperan la confirmación para estampar la firma antes de la medianoche del sábado. Ayer, una altísima fuente partidaria le aseguró a este medio que la fecha de oficialización de las candidaturas sería el viernes. Después de las últimas deliberaciones de la mesa chica.
En la Casa Rosada esperan por esas horas alguna certeza respecto de la postulación de la ex Presidenta que termine de inclinar la balanza por la presidenta de ACUMAR o el ministro de Educación, que en las últimas semanas coincidieron en al menos dos eventos privados, en el festejo de los 40 años de Salvai y en una cena en el departamento de un funcionario.
Uno de los dilemas del Gobierno en relación a si juega o no Cristina y a la candidatura de Bullrich pasa por "malgastar" o no a un ministro. En su caso, solo encabezaría la lista para el Senado si la ex Presidenta se presenta. En cuanto a Gladys González, podría ir primera o segunda, o incluso hasta tendría chances de ser la primera diputada. Son experimentos que todavía se desmenuzan en el laboratorio del PRO y que están directamente vinculados a los movimientos del kirchnerismo. La única certeza es que, por primera vez, el macrismo encararía una campaña con candidatos con altísimos niveles de desconocimiento, en especial en las profundidades del conurbano bonaerense. Una falencia que será suplida con la imagen de Vidal, la figura más taquillera del oficialismo.
Ayer al mediodía, con menos frío y ya sin lluvias sobre Chapadmalal, y antes de abordar el avión alquilado que la devolvió a la ciudad de Buenos Aires, la gobernadora le remarcó a su gabinete la importancia de que los candidatos se empapen de la gestión de cara a la campaña. Hace algunas semanas que los principales postulantes se reúnen con varios de los ministros provinciales, abocados al estudio de las principales obras. No hubo durante el retiro ninguna señal electoral de parte de Vidal ni de Salvai, el jefe de campaña bonaerense. Sólo análisis político, en especial en la sobremesa del domingo por la noche, después del asado provisto por el secretario de Comunicación, Federico Suárez, y de los vinos, cortesía del ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, un exquisito catador.
En la mesa chica de la Casa Rosada hay un creciente desconcierto en torno a Cristina Kirchner. De lo único que están seguros es de que hay un escenario con ella y otro sin ella, que la dispersión del peronismo es una buena noticia para la suerte electoral del oficialismo y que si la ex Presidenta no se presenta, las acciones de Florencio Randazzo aumentan. Sería, en ese sentido, otra buena nueva para el Gobierno. "En ese caso, Randazzo pasa de coma cuatro a terapia intermedia", razonaba ayer por la noche un dirigente bonaerense de peso.