Cómo repercutió en el Gobierno la decisión del Papa de no venir a la Argentina en 2018

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Mauricio Macri junto al papa Francisco, en octubre de 2016 (Presidencia)
Mauricio Macri junto al papa Francisco, en octubre de 2016 (Presidencia)

El Gobierno recibió con sorpresa y cierto malestar la decisión del papa Francisco de no incluir a la Argentina en la gira que realizará el año próximo por Sudamérica, cuyos destinos serán Chile y Perú. "El Santo Padre siempre está y estará invitado a venir al país", dijeron altas fuentes de la Casa Rosada a este medio.

Pocas horas después de que se diera a conocer el comunicado del Vaticano anunciando la visita del Papa a Perú y Chile en el 2018,  desde el Gobierno hubo una larga lista de interpretaciones posibles aunque el ánimo de malestar fue generalizado.

Si bien hubo una decisión de Mauricio Macri de no salir a hablar públicamente para evitar una confrontación con el Papa, al menos tres fuentes calificadas del Gobierno y muy cercanas al presidente coincidieron en señalar que "Francisco siempre está y estará invitado a su tierra",

De esta manera, quedó en pie y se ratificó la decisión y el ánimo de la Casa Rosada de invitar al Pontífice a su tierra natal. En rigor, el malestar del gobierno con el anuncio del Vaticano está relacionado con el viaje que en marzo pasado hizo la entonces canciller Susana Malcorra, quien visitó al líder de la Iglesia y dónde supuestamente se había llevado el compromiso de venir a la Argentina en 2018. En esa visita la canciller solo hizo pública la decisión del Papa de no recibir más políticos en este año electoral, pero el Gobierno asegura que había además una clara señal para visitar el país.

La visita de Malcorra al Papa (@AgenciaAica)
La visita de Malcorra al Papa (@AgenciaAica)

Este lunes por la tarde hubo febriles reuniones en la Casa Rosada, donde Macri, junto con el jefe de Gabinete Marcos Peña, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el secretario de Culto Santiago de Estrada y otros funcionarios, analizaron el impacto del comunicado del Vaticano. Incluso se habló telefónicamente con el embajador argentino en la Santa Sede, Rogelio Pfirter, para analizar la situación. Pero finalmente se optó por el silencio.

Solo dejaron trascender que el papa Francisco "tiene las puertas abiertas y siempre estará invitado a su tierra". En verdad, el Gobierno ya extendió varias misivas al Vaticano para extender oficialmente la invitación. En la última reunión que Macri mantuvo en Roma también el presidente invitó al Pontífice a la Argentina.

En el Gobierno ven con recelo la decisión de viajar tres veces a América latina desde el inicio de su pontificado y no venir aún a la Argentina. Incluso un funcionario recordó que Juan Pablo II fue siete veces a su Polonia natal.

El malestar y sorpresa en el Gobierno tiene una explicación racional: saben que si no viene el año que viene, en 2019 que es un año electoral, tampoco vendrá Francisco y así Macri terminara su mandato sin una visita papal.

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