Pasó un año y medio desde que Mauricio Macri asumió la presidencia de la Nación, el mismo tiempo desde que Cristina Kirchner dejó de concentrar el poder que había logrado obtener durante ocho años como presidente. En todos esos meses, el peronismo no logró ponerse de acuerdo ni encontró una figura que concentre las voluntades que conforman ese amplio y homogéneo mundo político.
La ex presidente no lo pudo hacer durante los últimos 18 meses ni lo puede hacer ahora. La unidad que pidió desde un canal de televisión y en una reunión con 20 de los 52 intendentes peronistas de la Provincia, no se pudo concretar. No fue posible por un solo motivo. Florencio Randazzo, su ex ministro de Interior y Transporte, no está dispuesto a convivir bajo su sombra. Tanto él, como los dirigentes que forman parte del nuevo espacio llamado Cumplir, quieren que haya PASO dentro del PJ.
Este viernes el ex ministro dio una nueva muestra de que su candidatura está asegurada. Juntó a todos los dirigentes que formaron el esquema preelectoral en el Hotel NH City y les renovó su compromiso de participar en las próximas elecciones. Allí presentó el nombre de su flamante espacio político, el logo y el color que tendrá la campaña de aquí en adelante.
"La pelea es contra Macri, no contra un compañero o una compañera del peronismo", les dijo a los más de 200 dirigentes bonaerenses que lo escucharon. El mensaje llevó escondido entre sus palabras el nombre de Cristina Kirchner. Así buscó bajarle el tono a la confrontación con el kirchnerismo que alteró la interna del PJ en la última semana.
Las diferencias entre el kirchnerismo y el randazzismo son siderales. La ex mandataria no está dispuesta a competir en las PASO con su ex ministro. Por eso reclama una lista de unidad. Lo hizo saber durante los últimos días a través de dos intendentes de su confianza: Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Walter Festa (Moreno). Ambos confirmaron que Cristina será candidata por un frente electoral nuevo, que se llamaría Frente Ciudadano para la Victoria y que no incluiría al Partido Justicialista. Además, le dejaron claro a Randazzo que tiene las puertas abiertas de ese espacio en el que solo se acepta la unidad bajo la conducción de la ex mandataria.
Desde hace varios días en el kirchnerismo buscan la forma de trabarle la candidatura a Randazzo y analizaron diferentes posibilidades. Una opción es que el PJ Bonaerense, que preside el ex intendente de La Matanza Fernando Espinoza, se excluya de la pelea electoral debido al conflicto por la utilización del sello, y dé libertad de acción. Pero la jugada sería imposible de llevar adelante. El randazzismo tiene dirigentes que forman parte de la conducción política del partido y plantearían su disenso. Además, en caso de que el kirchnerismo quisiera avanzar con la jugada, una presentación judicial podría frenarla rápidamente. El ex ministro es afiliado al PJ y la ley de Democratización Política (26.571), que instauró las PASO, lo ampara para competir como precandidato del partido.
La segunda opción, y la que se encamina como una solución posible para el kirchnerismo, es presentar un frente electoral nuevo en el que no esté incluido el PJ. Estaría compuesto por partidos como Miles (Luis D'Elía), Nuevo Encuentro (Martín Sabatella) y Kolina (identificado con Alicia Kirchner), entre otros. Todos de fuerte impronta kirchnerista. Con esta estructura Cristina sería candidata a senadora y evitaría competir con Randazzo en las elecciones primarias.
Esta iniciativa tiene dos puntos endebles. Sin el sello del PJ, el kirchnerismo no podrá obtener la mayor parte de la financiación que da el Estado para la campaña electoral. Y, además, la mayoría de los intendentes y concejales que competirían son afiliados al PJ. Por lo que representarían a otro espacio diferente por el que fueron elegidos. Es por eso que algunos de los jefes comunales aún tienen muchas dudas sobre esta jugada electoral.
En caso de que el kirchnerismo avance sobre esta idea, Randazzo se quedaría con el sello del partido y con el importante ingreso económico que implica competir por el PJ. La ley de financiamiento de los partidos políticos (26.215) indica que el 50% de los recursos publicitarios, que destina el Ministerio del Interior, se dividen en partes iguales entre todos los partidos que participan. El otro 50% se reparte según la cantidad de votos que sacó el partido en la última elección. Como fue el PJ el que participó en los últimos comicios, el ex ministro se quedaría con la mayor parte de la financiación.
Por otra parte, el artículo 34 de la ley de Democratización Política (26.571) indica que las agrupaciones políticas y sus listas internas no pueden contratar en forma privada publicidad en radio o televisión. De esta forma, el único espacio publicitario al que pueden acceder los frentes es el que les brinda el Estado. Es decir, que si el ex ministro se presenta con el sello del PJ, tendrá mayores beneficios.
Una tercera opción que barajaban en el espacio que lidera Cristina era incluir al PJ en el nuevo frente electoral, pero trabarle la participación a Randazzo a través de nuevos requisitos para la presentación de una candidatura. Las nuevas reglas, diseñados por la junta electoral del frente, señalarían que para presentar una candidatura a senador, el ex ministro iba a tener que conseguir los avales de tres de los partidos que integraran el espacio. Como la mayoría de ellos responde a la conducción kirchnerista, Randazzo no iba a poder obtener el apoyo y su candidatura iba a quedar trunca.
En ese caso, la arbitrariedad de la jugada quedaría a la vista y el ex ministro podría acudir a la justicia federal para reclamar que cumple con los requisitos que pide la ley 26.571. Es afiliado al PJ, ciudadano argentino, tiene más de 30 años y reside en la provincia de Buenos Aires desde hace más de 6 años. Uno de los requisitos más complejo es presentar 2000 avales del partido por el cual se presenta el candidato, pero eso no es problema para el randazzismo, que ya juntó 30000.
Hay un único punto en el que la decisión de competir por frentes diferentes es perjudicial para Cristina Kirchner y Florencio Randazzo. Si ambos presentaran sus listas en la elección general del 22 de octubre, el peronismo quedaría dividido en tres. Una parte del electorado acompañaría a la ex mandataria, otra al ex ministro y una tercera a Sergio Massa. Ese escenario es el que mayores beneficios le traería a Cambiemos, ya que los votos opositores se dispersarían en distintos candidatos que, en mayor o menor medida, representan al PJ.
Frente a esta situación, el posible triunfo de Cristina – la dirigente del PJ que más mide en el Conurbano, donde están las localidades más pobladas y el peronismo logra mayor caudal de votos – no estaría asegurado. Es por eso que desde el kirchnerismo presionan al ex ministro del Interior para que deponga su candidatura y se sume a una lista de unidad. El ofrecimiento ya fue realizado. Le propusieron a Randazzo encabezar la lista de diputados nacionales. Pero la respuesta fue negativa.
El ex funcionario tiene en claro cuál es su objetivo. Quiere transformarse en el líder del peronismo y ser candidato a presidente en el 2019. Para eso necesita desmarcarse de Cristina. Sabe que es imposible convivir con una imagen tan poderosa como la que representa la ex mandataria. Un diputado nacional del peronismo definió el camino a seguir por el chivilcoyano de una forma bien concreta. "Para empezar con un tiempo nuevo del peronismo, hay que terminar con lo viejo. Ahora el rival de 'El Flaco' no es Macri. Es Cristina", reflexionó. El tramo final de la batalla interna está en marcha.