El presidente Mauricio Macri y Donald Trump se reunieron la sede del gobierno norteamericano en Washington durante una hora y media. El mandatario argentino y su mujer, Juliana Awada, arribaron a la Casa Blanca pasadas las 12.20 horario local, donde fueron recibidos por su par de Estados Unidos y su esposa, Melania Trump. Se fueron cerca de las 14.
Al arribar, Macri firmó el Libro de Honor e ingresó al Salón Oval para comenzar la reunión oficial, que luego se ampliará con la participación de funcionarios de ambos países.
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— infobae (@infobae) 27 de abril de 2017
Según supo Infobae, los líderes hablaron sobre la situación en Venezuela, analizaron distintos canales para profundizar la relación bilateral y se comprometieron a combatir juntos el ciberterrorismo.
De acuerdo a la declaración conjunta, difundida por el gobierno argentino, "Trump expresó su beneplácito por el creciente papel de liderazgo de la Argentina en el escenario mundial y por las reformas políticas y económicas recientemente implementadas".
"Trump ofreció su apoyo a Macri en momentos en que la Argentina se prepara para ser anfitrión de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio y asumir la Presidencia del G-20", agregó el comunicado oficial.
Los mandatarios, sus esposa y algunos integrantes de sus gabinetes compartieron un almuerzo. El primer plato consistió en agnolotti de ricota y limón, cítrico que en los últimos tiempos fue tema de debate entre la Argentina y los Estados Unidos por las trabas a las importaciones.
El menú también contó con una de las comidas emblemáticas argentinas: el chorizo. Estuvo acompañado por croquetas de papa y sirvió como acompañamiento del exquisito pescado lenguado de Dover.
Macri llegó con una ventaja clave para enfrentar su primer encuentro oficial con Donald Trump: conoce desde hace dos décadas al presidente de los Estados Unidos y aptovechó esta relación personal para profundizar una agenda bilateral que empezó a construir durante la visita de Barack Obama a la Argentina.
Macri terminó de ajustar su presentación durante un desayuno de trabajo que compartió con Marcos Peña, Susana Malcorra, Francisco Cabrera y Fulvio Pompeo en la intimidad de Blair House, una añeja mansión frente a la Casa Blanca que la diplomacia americana asigna a los jefes de Estado en visita oficial. Allí durmieron Carlos Menem y Fernando de la Rúa cuando llegaron al Distrito de Columbia como presidentes de la Argentina.