(Enviado especial a Washington)– Si la diplomacia se mide con cada gesto y palabra calculada, la imagen que se verá hoy en la Casa Blanca durante la reunión del presidente Mauricio Macri con su par norteamericano Donald Trump lo resume todo: el gobierno de Estados Unidos casi en pleno estará sentado en el Salón Oval frente a la comitiva oficial argentina.
Según revelaron fuentes calificadas del gobierno a Infobae, Trump llegará a la reunión con Macri junto a su equipo completo. Una muestra de poder absoluto. De hecho, habrá más funcionarios norteamericanos que argentinos en el cara a cara previsto para este mediodía.
Trump estará acompañado por su esposa Melania, quien suele pasar la mayor parte del tiempo en Nueva York. Al lado de la pareja estará el vicepresidente norteamericano, el republicano Mike Pence; Jared Kushner, yerno y asesor del presidente Trump; John Kelly, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos; Reince Priebus, jefe de gabinete del gobierno norteamericano; el secretario de Estado Rex Tillerson y el secretario de Comercio Wilbur Ross.
"No es muy común que el presidente Trump cite a la mitad de su gabinete a una visita de un jefe de Estado", comentó a Infobae un funcionario norteamericano pocas horas antes de la reunión en la Casa Blanca.
Desde el lado argentino anoche había mucha euforia cuando se enteraron de la lista de funcionarios que irán al Salón Oval para recibir a Macri. Ayer el jefe de Gabinete Marcos Peña se reunió con su par Priebus, quien le anotició de los comensales en el almuerzo que se dará hoy en la Casa Blanca.
Macri llegará acompañado al Salón Oval por su esposa Juliana Awada, por Peña; la canciller Susana Malcorra; los ministros de Energía y de Producción, Juan Aranguren y Francisco Cabrera y por el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
La decisión de Trump de poner a gran parte de su equipo de gobierno en la reunión con Macri es un símbolo directo de las relaciones estrechas que quieren forjar los Estados Unidos con la Argentina, interpretaron en Cambiemos. De hecho no es habitual este tipo de gesto, sobretodo en una gestión que no suele apegarse estrictamente al protocolo diplomático.
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