Exclusivo: el testimonio que llevó preso al jefe de la Policía de la Ciudad

Dos subcomisarios detenidos por el fiscal Campagnoli señalaron al comisario Potocar y hablaron de aprietes, reuniones cara a cara y jugadas sucias para proteger el esquema de corrupción. La defensa del jefe policial ya pidió su libertad

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José Pedro Potocar,  jefe suspendido de la Policía de la Ciudad (Prensa GCBA)
José Pedro Potocar,  jefe suspendido de la Policía de la Ciudad (Prensa GCBA)

Con la detención de José Pedro Potocar, el jefe de la Policía de la Ciudad, el fiscal José María Campagnoli golpeó a una de las mayores apuestas estratégicas de Cambiemos en la Ciudad. Pese a ello, el ministro del área, Martín Ocampo, no se echa atrás y confirma a Potocar en el cargo. "Sigue siendo el jefe", afirma una alta fuente en Parque Patricios.

Campagnoli, por su parte, no se echa atrás tampoco. Para el fiscal de Núñez-Saavedra, la prueba en contra del jefe policial es suficiente para detenerlo y mantenerlo preso. El fiscal condensó toda la evidencia que él considera válida en un documento entregado al juez del caso, Ricardo Farías, el miércoles pasado. En el texto no solo pidió la detención de Potocar sino también su legajo al Ministerio y la incautación de todos sus teléfonos y computadoras.

Infobae accedió en exclusiva a ese documento. Los términos del fiscal son al menos fuertes. Campagnoli aseguró que "en abuso de su posición de poder", Potocar "brindó una colaboración fundamental sin la cual el desarrollo de este esquema no hubiera sido posible. En concreto, no sólo fue connivente frente al funcionamiento de esta estructura, sino que promovió su instauración, brindó la protección que un sistema permanente de corrupción como éste ineludiblemente requiere y lo blindó ante posibles detractores internos a través del uso arbitrario de los mecanismos administrativos policiales".

Hay dos testimonios clave que en los cálculos de Campagnoli comprometen a Potocar: ambos vienen de policías detenidos en la trama corrupta que les exigía coimas a comerciantes y trapitos. El primero es el subcomisario Hernán Antonio Kovacevich.

Kovacevich había sido, durante buena parte de 2016, el oficial número 3 de la comisaría 35º en Núñez, la dependencia policial que fue el eje del caso. El subcomisario tenía jefes. Su superior inmediato era el comisario Norberto Villareal, prófugo hace siete meses. La comisario inspectora Susana Aveni, hoy presa y con su cárcel preventiva confirmada por la Sala VII de la Cámara de Casación, era la jefa de la circunscripción que incluía a la 35º. Potocar, como titular de la Dirección General de Comisarías, era el máximo superior de todos dentro de la fuerza.

José María Campagnoli (Nicolás Stulberg)
José María Campagnoli (Nicolás Stulberg)

El subcomisario contó, primero, su encuentro inicial con Villareal, que le propuso un plan: el comisario prófugo le indicó que "había que armar algo con los trapitos para cobrarles en los partidos, ya que había sido puesto en la jefatura de esa comisaría por el comisario mayor Potocar y el comisario inspector Susana Aveni". Kovacevich luego aseguró que Potocar habría puesto a Villareal en su puesto "para aumentar la cuota mensual". El cuaderno encontrado por Campagnoli en un allanamiento a la comisaría 35º indica ese supuesto aumento. La DGC, presente en una anotación, pasó de recibir "3" a recibir "4"

La frase de Kovacevich, por otra parte, llevó a Campagnoli a entender una sola cosa: que Villareal había sido puesto en su silla de Núñez por Potocar mismo, "que ello obedecía a su intención de canalizar a través de él la promoción de la estructura ilegal de recaudación que ha sido develada", razonó luego el fiscal en el escrito presentado a Farías. Kovacevich, según su propio relato, se negó a participar del negocio. 

"Esto -aseguró Campagnoli al juez Farías- le valió diversas situaciones de hostigamiento laboral a instancias de este último, dentro de las cuales destacó arbitrarios cambios de horarios y funciones". "Estos actos", que fueron ratificados por otros testigos, "motivaron un segundo intento de Villarreal por reclutar al mencionado subcomisario mediante un mecanismo que, evidentemente, sabía efectivo: ofrecerle dinero". Luego, hubo aprietes: "No te hagás el vivo, si no agarrás te pueden pasar cosas", oyó de Villareal. Kovacevich luego vio a Villareal irse de la comisaría con los bolsillos abultados, que "se podía dar cuenta que le llevaba la plata a Aveni y a Potocar". 

Kovacevich pidió irse a otra dependencia. "Flaco, vos de acá no te vas. Yo tengo banca con Potocar que me trajo de la circunscripción 5ta", dijo Villareal. Pidió irse hasta la delegación La Quiaca, por ejemplo, lo más lejos posible literalmente. Luego de más intentos y aprietes, Villareal le aseguró al subcomisario que había hablado "con el jefe de policía" para "que eso no pase". "No entré a la Policía para robar", le dijo Kovacevich a su jefe. "Quedate calladito que esto lo manejo con Aveni y Potocar", escuchó una noche Kovacevich, para ver a Villareal irse de la dependencia, supo después, a un presunto encuentro privado con Potocar.

La mujer de Kovacevich, también policía con rango de principal, pasó luego por varios destinos en pocos meses. En el medio, la comisaría 35º fue allanada. Kovacevich, en los cálculos de Campagnoli, se había convertido en un problema para sus superiores. Fue trasladado "a la escuela de policía" por "Potocar mismo" ya que el jefe no lo quería "en la jefatura de ningún destino". Eventualmente, Kovacevich se reunió con Potocar, siempre según su testimonio valorado por Campagnoli.

El jefe le preguntó si sabía "lo que pasó". Kovacevich le devolvió el dardo: "¿Usted no sabía? Si lo puso a Villareal". Y continuó: "Eso me lo reservo para cuando me citen a declarar". El jefe policial le habría dicho: "Tené cuidado con lo que vas a decir. Fijate en la posición que estoy ahora". Kovacevich le pidió allí por su mujer. "¿Encima me pedís favores?", le habría espetado el jefe.

Kovacevich eventualmente quedó suelto; recibió la falta de mérito de parte del juez Farías. José Pedro Potocar en cambio, sigue preso en el edificio Centinela de Gendarmería. Su abogado defensor, Cristian Poletti, le presentó a Farías un pedido de excarcelación esta tarde.

Cerca del comisario todavía jefe de la Policía de la Ciudad, la visión es totalmente distinta a la de Campagnoli. Objetan que solo hay un cuaderno con tres letras para involucrarlo, que el testimonio de Kovacevich se produjo "en una indagatoria, sin juramento para decir la verdad, que es un despropósito usarlo como prueba", dice una voz clave en la defensa de Potocar. Campagnoli, en su pedido del miércoles pasado, habló de un peligro de fuga. "Volvió de Estados Unidos, donde visitaba a la hermana, para ponerse a derecho", rebaten cerca del comisario.

El abogado Poletti, mientras tanto, invitó a Campagnoli a que investigue el patrimonio del comisario, a que le encuentre testaferros. "Vive en un triplex", aseguró Poletti". La casa de Potocar, así como su despacho en el Ministerio no fueron allanados. Entregó su placa, arma y teléfono oficial por decisión propia. Al menos en la presentación a Farías, el fiscal no habló de investigaciones patrimoniales, constataciones de entrega de dinero, de un supuesto testaferro, de compras de lujo.

Por lo pronto, el río político ya está revuelto. Hoy por la mañana, los bloques de la oposición en la Legislatura porteña, con diputados como Gabriel Fuks y Carlos Tomada del Frente para la Victoria, pidieron que el ministro Ocampo sea citado para dar explicaciones.

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