La unidad del peronismo bonaerense parece ser imposible. Ni las constantes reuniones entre los intendentes del Conurbano, ni las mesas de trabajo para acercar posiciones entre los dirigentes más representativos del PJ de la Provincia, ni los encuentros de todos los jefes comunales peronistas que tiene Buenos Aires, lograron sellar una unión verdadera e indisoluble.
El grupo de intendentes denominado Esmeralda, el primero que se formó para reconstruir el peronismo desde las bases después de la derrota electoral, vive días de máxima tensión. Las intenciones políticas a futuro, la preocupación por mantener mayoría en los consejos deliberantes de cada distrito y las ambiciones personales, partieron a la mitad la estructura que lidera el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
La tensión interna se generó en un tiempo donde se acercan las decisiones electorales. El avance de un armado, en torno a la figura del ex ministro del Interior Florencio Randazzo, se convirtió en un cronómetro que marcó el tiempo de descuento para saber qué camino elegir. En definitiva, precipitó una lucha de interés que tensó el vínculo entre los integrantes del grupo.
Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa) quedaron en una vereda. Enfrente de ellos ahora están Gabriel Katopodys (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham), Bali Bucca (Bolívar).
El primer grupo comenzó a mostrarse cerca de Daniel Scioli, el candidato que suma consenso para representar al sector kirchnerista en las elecciones legislativas. De esa forma, marcó distancia con el grupo que mantiene la postura inicial de alejarse de kirchnerismo y trabajar para formar una alternativa más amplia.
El 5 abril el ex gobernador bonaerense visitó una planta industrial en Almirante Brown y mantuvo un encuentro mano a mano con Fernando Gray en Esteban Echeverría. Una semana antes había visitado una sociedad de fomento en un barrio de Lomas de Zamora. Las recorridas sirvieron para generar dos fotos que impactaron de lleno en el Grupo Esmeralda.
Según le explicaron a este medio allegados a Florencio Randazzo, al ex ministro no le cayeron bien las fotos y el coqueteo de los jefes comunales con un espacio que enarbola el liderazgo de Cristina Kirchner.
Las diferencias entre los sectores en los que hoy está dividido el peronismo bonaerense se resumen en la frase de un dirigente de confianza de Randazzo: "El kirchnerismo tomó malas decisiones que nos llevaron a perder estrepitosamente. Eso tiene que cambiar. La discusión no se puede prolongar más". Es un debate de ideas, formas y gestión la que están dispuestos a dar en el randazzismo mediante una elección interna en el PJ. Diferencias que, a esta altura, parecen ser irreconciliables.
En Lomas de Zamora, el segundo distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires, viven más de medio millón de personas. Ese caudal de votos, más el perfil de un dirigente reconocido como Insaurralde, cautivan el interés de La Cámpora. La agrupación ultrakirchnerista quiere tener al intendente en el mismo equipo de cara una posible PASO.
Para generar ese acercamiento al espacio que lidera Máximo Kirchner, trabaja Eduardo "Wado" De Pedro. El diputado del Frente paras la Victoria, hombre de extrema confianza de la ex presidente, mantiene una buena relación con Insaurralde y fue uno los dirigentes que promocionó internamente su candidatura a diputado nacional en el 2013.
La interna en el PJ Bonaerense volvió a cargarse de tensión. Las divisiones entre los jefes comunales, la mayor presencia de Daniel Scioli en la escena política y el avance del armado de Florencio Randazzo picaron, aún más, el mar peronista. Aguas movidas donde los vientos cambian constantemente, al igual que las ambiciones de los dirigentes.