Tras la salida de Alejandro Cacetta, podría haber más cambios en el INCAA

Pablo Rovito, rector del ENERC, la escuela de cine, daría un paso al costado la semana que viene

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Pablo Rovito
Pablo Rovito

La fecha es el lunes: para ese día se espera la renuncia de Pablo Rovito, rector de la ENERC, la escuela de cine que depende del INCAA, en un nuevo capítulo de la saga que arrancó esta semana y que incluye denuncias de corrupción contra altos funcionarios, entre ellos, el mismo presidente del Instituto del Cine, Alejandro Cacetta, cuya salida generó malestar en la industria cinematográfica, que aún lo respalda. Por su parte, Rovito -también denunciado- recibió el apoyo de la comunidad audiovisual de la ENERC, a través de un documento.

"Apoyamos la gestión realizada por el actual rector Pablo Rovito, señalando que es el primero en llegar a ese cargo tras ser elegido en un concurso público. Su designación es totalmente legítima y no deviene de un nombramiento político. Sostenemos que se debe mantener el concurso como método institucional para esta designación", señala un documento de la asamblea de estudiantes y egresados, instructores y personal de la ENERC. 

Alejandro Cacetta, ex presidente del INCAA (Télam)
Alejandro Cacetta, ex presidente del INCAA (Télam)

Alejandro Cacetta llegó a la presidencia del INCAA como resultado de un consenso general entre la industria y las autoridades. Productor exitoso, se trataba de una persona respetada por los protagonistas del mundo del cine, que contaba con el respaldo de nombres tan importantes como los de Juan José Campanella y Adrián Suar. Cacetta, ex directivo de la productora Patagonik que asumió hace poco más de un año y medio, fue separado del cargo por el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, debido a "manejos poco claros en relación a muchos rubros de gastos", definición formal que podría traducirse como conflictos de intereses, irregularidades y sospechas de corrupción. Esto sucedió luego de que en la noche del martes, en el programa Animales Sueltos, el periodista Eduardo Feinmann diera a conocer la información de que que se estaba llevando a cabo una investigación de la gestión de Cacetta por denuncias de corrupción y se informaran los detalles de la misma.

La salida de Cacetta disparó una ola de críticas por parte de diferentes gremios y personales de la industria cinematográfica. Entre las denuncias contra el presidente del INCAA y Rovito, rector de la ENERC, figuran el alquiler de la planta donde funcionó el laboratorio Cinecolor por unos 600.000 pesos anuales y gastos por 8 millones de dólares en la ENERC para construcciones que, asegura la investigación, nunca se hicieron. Cerca del INCAA responden a esas denuncias señalando que en el edificio cuyo alquiler se cuestiona hoy funciona la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cinain), una vieja aspiración de la comunidad cinematográfica puesta en marcha por Cacetta y que el edificio de Moreno 1199 tuvo una remodelación importante, además de que también se abrieron cuatro nuevas sedes en el interior del país, aunque no queda claro cómo está documentado todo esto.

Para el Gobierno, perder el apoyo de una figura como Campanella sería una pésima noticia. "Tirarte encima a toda la industria del cine no parece un buen plan. Si se hizo así fue porque no había otra manera de resolverlo", dicen cerca de Cambiemos. El nombramiento de Ralph Haiek como sucesor de Cacetta (hasta ahora era el vicepresidente del INCAA) no es un paso provisorio sino definitivo, aseguran. Ya está confirmado también que el lunes Pablo Rovito, responsable de la ENERC, presentará su renuncia: aún no se sabe quién va a quedar en su lugar.

Ralph Haiek, sucesor de Cacetta
Ralph Haiek, sucesor de Cacetta

"En todas las dependencias del ministerio se instaló una mirada de modernización que en el INCAA no se dio; se mantuvieron cosas que debieron cambiarse y no se saneaban en la dirección requerida", dice una fuente del Ministerio de Cultura que sostiene que luego de dársele un tiempo para trabajar y ponerse en sintonía con las políticas acordadas, en cuanto se comenzó a poner el foco en por qué no cambiaba el modo de administrar el INCAA, comenzaron a surgir contratos dudosos y viajes por cifras elevadísimas entre otras cosas sospechosas, además de que se mantuvieron contrataciones con empresas propias que evidentemente entraban en lo que se llama choque de intereses y es ahí donde el ministro Avelluto y Mario Quintana, coordinador del gabinete económico que actúa como responsable de la supervisión del área, resolvieron ordenar la investigación que hoy está en curso.

En la interna palaciega que necesariamente se desprende de semejante escenario, varias preguntas siguen sin respuesta. Una de ellas es quién hizo llegar la información al programa de Fantino, que se difundió con algunas inexactitudes y varios errores en la identificación de los protagonistas, generando algo de confusión. Según declaraciones radiales de Cacetta y aunque no lo mencionó directamente, el responsable de las denuncias sería el abogado y productor Oscar Azar, un hombre de mucho peso en el Instituto a lo largo de los últimos años y que en su momento estuvo involucrado en denuncias penales por supuestos desvíos de fondos junto a anteriores presidentes del INCAA. Sin embargo, la investigación ya estaba en la Oficina Anticorrupción, de manera que la filtración también podría haber llegado desde allí.

Mientras Cacetta lamenta y cuestiona que se haya puesto en duda su honorabilidad, algunas versiones señalan que, en realidad, más que dudar de su transparencia se pone en cuestión su capacidad para gestionar, para reorganizar el área en materia de recursos humanos (funcionarios de líneas intermedias cercanos a La Cámpora y aún siguen allí) y para terminar con manejos y negociados que vienen de gestiones anteriores. En todas sus declaraciones, Cacetta negó cualquier vínculo con negocios turbios ("este país es una máquina de ensuciar gente de una manera increíble"), se mostró sorprendido por el despliegue y el alcance de las denuncias y aseguró que jamás se le solicitaron renuncias en su área.

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