En estricta reserva y por diferentes canales diplomáticos, el gobierno de China expresó su malestar y preocupación ante la Argentina por la falta de una definición concreta para avanzar en el millonario proyecto de inversión para la construcción de las represas Kirchner y Cepernic en Santa Cruz.
Según consignaron a Infobae fuentes calificadas de la Cancillería, la preocupación mayor de Pekín es que a un mes del viaje de Mauricio Macri a China, que se realizará el 15 de mayo para la reunión oficial con el presidente Xi Jinping, aún no hay definición alguna respecto de los estudios ambientales para la realización de las dos represas en Santa Cruz financiadas por el gobierno chino. Existen al menos 16 estudios de impacto medioambiental que están siendo revisados en el Ministerio de Medio Ambiente y que luego deberán someterse a una revisión de la Corte Suprema y de una audiencia pública en el Congreso.
"Hay un fuerte malestar y una preocupación natural de un Estado que ha decidido invertir miles de millones de dólares en un proyecto que aun no se sabe si se hará. Pero antes del viaje de Macri a China vamos a dar respuesta por si o por no", expresó un ministro del gobierno consultado por este medio.
Las quejas de China llegaron por partida doble: mientras que el embajador en Buenos Aires, Yang Wanming, manifestó a las autoridades argentinas la preocupación por "la falta de definiciones inmediatas" ante la construcción de las represas, en Pekín la diplomacia china extendió las mismas quejas al embajador argentino, Diego Guelar, en reiteradas oportunidades.
El 15 de mayo Macri viajará a China en una visita oficial para reunirse con Xi Jinping. Para presentar en esa reunión una definición del proyecto de las dos represas, tanto el ministerio de Energía como el de Medio Ambiente trabajan a contrarreloj para definir los resultados de 16 estudios ambientales y otras medidas que la UTE Represas Patagónicas presentaron el 30 de marzo pasado.
"El objetivo central es dar una respuesta a China para el viaje de Macri", agregó otro funcionario de la Casa Rosada. El tema no es menor para Pekín. Es que luego de duras negociaciones con China, el gobierno de Xi Jinping aceptó un documento en el que sustancialmente se afinaron cuatro puntos para ajustar a lo que pedía la administración de Macri: las represas no tendrán 11 turbinas, como estaba previsto originalmente en el proyecto de Cristina Kirchner, sino ocho, para evitar que la potencia impacte en el ambiente; se reducirá el monto de la obra de US$ 7600 millones a US$ 4000 millones; se aplazarán los tiempos de la obra y la provincia de Santa Cruz obtendrá un 12% de regalías por la energía transportada al país aunque el Estado nacional mantendrá la propiedad de las obras. Éste es el nudo del acuerdo técnico que se alcanzó. Luego hubo objeciones de los ambientalistas y el tema pasó a foja cero para que haya una revisión de estudios de impacto ambiental en la zona de la construcción.
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia obligó a detener cualquier inició de las obras hasta en tanto no se realicen los estudios de impacto ambiental y audiencias públicas -no vinculantes- en Santa Cruz y en el Congreso nacional.
Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente, que lidera Sergio Bergman, aseguraron a Infobae que para el viaje de Macri a China estarán listos los informes ambientales para dar certeza al inicio de la obra. Se trata, junto con el Plan Belgrano Cargas, de uno de los proyectos más importantes y ambiciosos que realizará China en la Argentina.
Hay una línea de créditos ya avanzadas para que China desembolse los 4000 millones de dólares por las represas. Pero por ahora, el país asiático sólo escucha promesas de que se llegarán con los tiempos para cumplir con los plazos de construcción de la obra.
Hasta este momento nada deja tranquilos a los funcionarios de la administración de Pekin, que ya plantearon serias dudas y un profundo malestar por las demoras en la decisión del Gobierno en avanzar con las obras.