La falta de transporte público y los piquetes en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires fueron las claves del primer paro nacional realizado contra el gobierno de Cambiemos, impulsado por la CGT. En las primeras horas del día se empezó a percibir la tensión entre manifestantes y fuerzas de seguridad y aún se mantiene la incógnita sobre el impacto que tendrá la huelga durante el resto de la jornada.
Desde primeras horas de la mañana, diversos representantes del sindicalismo dieron su versión en los medios, donde hablaron de un "éxito" y calificaron la medida de fuerza como algo "histórico" y "contundente".
Carlos Acuña, secretario general de la CGT, afirmó: "El paro es un éxito. Se está mostrando en todo el país la disconformidad con las políticas de este gobierno".
En tanto, otro de los integrantes del triunvirato de la CGT, Carlos Schmid afirmó: "El paro ya es contundente".
Por su parte, el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, expuso la preocupación por parte del Gobierno por la dificultad de algunos ciudadanos para poder acudir a sus puestos de trabajo.
"Hay mucha gente con voluntad pero no puede ir a trabajar por el paro de transporte. El tema de la adhesión es muy discutible. Estas medidas esconden un mecanismo extorsivo; hay mucha gente con la necesidad de trabajar", dijo Triaca.
Uno de los mayores puntos de conflicto se vivió en la autopista Panamericana, a la altura de la ruta 197, donde miembros de Gendarmería Nacional decidieron liberar el sentido hacia la Ciudad de Buenos Aires poco antes de las 9:30.
El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, se hallaba en el lugar, en medio de un clima de incidentes, gas pimienta y manifestantes detenidos.
Unos minutos antes de las 8, un gendarme había tomado un megáfono en medio de la autopista y lanzó la advertencia: "Instamos a hacer cesar el delito de la interrupción de la vía de circulación", dijo. Y continuó: "Se los insta a despejar las vías de comunicación; de lo contrario, nos veremos obligados a aplicar el protocolo de seguridad establecido".
Poco después de las 8:30, Gendarmería y fuerzas de seguridad y manifestantes habían negociado la liberación de uno de los carrilles durante intervalos. Pero el clima de paz duró apenas una hora.
En el Puente Pueyrredón, se encuentran centenares de manifestantes dispuestos a interrumpir la vía hacia la Capital Federal. En estos momentos, decenas de efectivos de la Prefectura se ubicaron en el inicio de una de las subidas al puente con el fin de impedir que los piqueteros accedan al mismo. El clima de rispidez se siente cada vez con más fuerza.
El acceso al Puente La Noria desde Provincia fue interrumpido por un reducido grupo de unas decenas de personas poco antes de las 7 de la mañana. Por el momento, allí sólo se encuentran efectivos de la Policía Federal. Sin embargo, el corte se está realizando a unas pocas cuadras del puente, sobre el Camino Negro, y precisamente donde la Policía Federal no tiene jurisdicción. Por eso, se aguarda la presencia de personal de la Policía Bonaerense.
En la Capital también se produjeron interrupciones en el tránsito. Manifestantes del MST, con el secretario general Alejandro Bodart a la cabeza, cortaron el cruce entre las avenidas Corrientes y Callao. Allí se encuentran algunos efectivos de la Policía de la Ciudad.
Asimismo, aparecieron nuevos cortes con el correr de la mañana. Poco después de las 9, se produjo un corte total en la avenida 9 de Julio a la altura de avenida Corrientes.
Se estima que los cortes durarán hasta las 11 de la mañana, cuando se realice el acto central de los impulsores de la medida de fuerza en el Obelisco.
El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, sobrevoló todos los accesos a la ciudad en helicóptero y luego acudió al corte en la Autopista Panamericana: "El derecho a huelga está garantizado pero es importante que aquellos que quieran trabajar puedan acceder a sus trabajos", afirmó antes de los incidentes.
Y agregó: "Vinieron con colectivos y autos. Se las ingenian para molestar a la gente. Los responsables de estos actos van a tener que hacerse cargo de lo que hacen".
A su vez, las estaciones de servicio amanecieron cerradas, no hay ningún servicio de transporte público y apenas se pudo ver unos pocos taxis en circulación.
Lo mismo ocurrió en el aeropuerto de Ezeiza y el Aeroparque Jorge Newbery, donde quedaron cancelados todos los vuelos.
Desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores advirtieron que quienes intenten cumplir con sus obligaciones deberán soportar "una gran cantidad de piquetes" que afectan la circulación en los accesos a la Capital Federal desde las 6 de la mañana.
El clima de tensión en los piquetes se vive con claridad, después que desde el propio oficialismo se indicara la posición de interrumpir los bloqueos. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sentenció hoy a primera hora en radio La Red: "Si los manifestantes no ceden, vamos a desalojar la Panamericana para que la gente pueda ir a trabajar".
Anoche, a pocos minutos del inicio de la medida de fuerza, la vicepresidente, Gabriela Michetti, defendió el rumbo político y económico del Gobierno: "Tomamos más de 1700 decisiones y cuento con la mano los errores", resaltó durante una entrevista en TN.
Finalmente, sobre el paro nacional, la funcionaria señaló: "Creo que los paros son una herramienta vieja, más con un Gobierno abierto al diálogo. Es una medida extrema que le sale mil millones de dólares al país".
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