Una arenga interna en el marco de una asamblea del sindicato de Peones de Taxis. Allí, el secretario general del gremio, Omar Viviani, convocó a "dar vuelta" los coches de los trabajadores que no se adhieran al paro general convocado por la CGT que tendrá lugar mañana. "Carneros", los llamó.
La difusión de esta escena accionó a los fiscales porteños, que calificaron las amenazas del sindicalista como una "instigación al delito". Viviani tuvo que pedir disculpas (dijo que se le "salió la cadena"), pero para Walter Fernández, fiscal de Cámara Penal de la ciudad de Buenos Aires, "la disculpa no borra el delito".
"Es delito por el mero hecho de verbalizarlas (las amenazas), por eso lo hemos citado para que declare el día de hoy. Es una conducta que dispara múltiples calificaciones penales: estamos con averiguación de amenza calificada, con instigación a cometer algún delito vinculado a la actividad profesional e instigación a cometer daño", señaló el fiscal.
En este sentido, agregó que "la amenaza vinculada a la libertad de las personas, de decidir libremente, una vez emitida no se puede retractar. En este caso, por una calificación de amenaza coactiva agravada podría tener una condena de entre 5 y 10 años de prisión, con condena de cumplimiento efectivo".
Por su lado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, también se refirió a las amenazas del líder del sindicato de Peones de Taxis. "Repudiamos las muy graves expresiones de Omar Viviani en las que convoca a ejercer la violencia contra los trabajadores que no adhieran al paro".
"Más allá de que pidió disculpas cuando se hicieron públicas sus declaraciones, sus palabras reflejan un pensamiento violento, extorsivo e intolerante que rechazamos", indicó el funcionario a través de las redes sociales.
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