El gobierno nacional comenzó a trabajar en un proceso de restructuración en las formas para combatir el delito complejo y el crimen organizado. La encargada de llevar adelante la reforma es la Secretaría de Seguridad que conduce Eugenio Burzaco, poniendo en foco la inteligencia criminal.
Los principales fenómenos delictuales a los que apunta el Ejecutivo abarcan los delitos federales como la trata, el narcotráfico, el contrabando de armas y el terrorismo. Delitos a los que apunta a combatir con un nuevo esquema de inteligencia criminal.
Por medio de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC), el Ministerio de Seguridad de la Nación articula y federaliza los esfuerzos para la reunión de información, el análisis de patrones delictivos y modus operandi. El objetivo es comprender los fenómenos delictivos antes de que evolucionen.
El nuevo esquema de Inteligencia Criminal implicará un cambio doctrinal profundo entre las Fuerzas de Seguridad. El objetivo es evitar el aislamiento de las Fuerzas Federales, para favorecer la interconexión y la articulación entre las mismas, compartiendo información y actuando en conjunto.
Otro de los anhelos es la federalización de la Inteligencia Criminal. La herramienta principal para lograr esto son los centros de Inteligencia Criminal Regional (CICRE), que funcionan como nodos, donde van convergen la inteligencia criminal de las policías y penitenciarias provinciales y federales. Los CICRE se dividen en siete regiones, asistiendo a Fiscalías Especializadas contra la Trata o la Narcocriminalidad.
Por otra parte, la cartera de Seguridad ha desarrollado el Modelo i4, que es un prototipo de Centro de Fusión de Información adaptado al marco legal argentino. Basado en más de noventa y cuatro Centros de Fusión de trece países, el objetivo está puesto en la interacción entre agencias de seguridad e inteligencia.
Estas proporcionan capacidades, conocimientos e información para detectar, prevenir y responder eficazmente ante amenazas a la seguridad pública, a través de cuatro principios fundamentales: identificar, intercambiar, integrar e informar.
Otro de los cambios que se gestionaron fue la actualización del soporte informático, poniendo en marcha el C3. AR (Centro Nacional de Lucha contra el Cibercrimen y el Ciberterrorismo), a través del cual se coordinan estandartes tecnológicos y esfuerzos conjuntos de Ciberseguridad entre las Fuerzas Federales.
Desde el C3.AR se colecta información estratégica y operativa a través de operaciones de ciberinteligencia. Desde allí pueden detectar la venta de drogas por internet, el lavado de criptomomnedas, el contrabando a través de sitios web no indexados, la trata de personas a través de internet, fraudes bancarios, estafas online, robo de identidades y la pornografía infantil.
Todas las modificaciones se dan en el marco de un cambio de estrategia del Ministerio de Seguridad con respecto al combate delictivo, que lleva adelante un plan en donde el Estado sale a la búsqueda del delito a nivel federal por medio de la investigación y la inteligencia.
Según las estadísticas que manejan en la cartera de Seguridad, la búsqueda activa para interceptar los delitos federales ha generado resultados contundentes durante el último año. Como ejemplo toman el arresto a Ibar Pérez Corradi, acusado de ser el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez, en el lapso de seis meses, luego de estar prófugo durante cuatro años.
Además, según los datos oficiales, durante el 2016 se recapturaron dos mil trescientos prófugos, el doble de los que se arrestaron en el 2015; se intervino en la Villa 31, donde sus homicidios bajaron un 72% en un año y el secuestro de drogas peligrosas como las sintéticas creció en un 600%.