Florencio Randazzo es el nombre en cuestión. Lo es para el peronismo bonaerense y nacional. También para el kirchnerismo y algunos sectores sindicales. El ex ministro del Interior hace crecer su imagen de candidato desde el ausentismo mediático. Mantiene reuniones con dirigentes, mira a la cámara para que algunas fotos con tinte político trasciendan y se llama a silencio para no generar falsas expectativas en la interna peronista.
La reorganización del PJ suma nuevos capítulos cada semana. El último se dio este sábado, cuando un grupo de dirigentes se juntó en Junín para darle vida a un espacio que sirva como sostén a la futura candidatura de Randazzo. Fue una muestra, con mayor claridad, de quienes acompañarán al ex ministro de Interior y Transporte de aquí en adelante.
En la localidad del interior bonaerense estuvo el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; los intendentes del Grupo Esmeralda, Gabriel Katopodis, de San Martín, y Bali Bucca, de Bolívar; el ex intendente de Chivilcoy y hombre muy cercano a Randazzo, Aníbal Pitelli, el presidente del Bloque Justicialista en Diputados y referente del gremio SMATA, Oscar Romero; el diputado provincial por el Movimiento Evita Fernando "Chino" Navarro y Omar Viviani, del sindicato de Taxis.
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Todos forman parte de una nueva estructura política que le servirá a Randazzo para posicionarse como candidato al competir en las PASO con el candidato que disponga el espacio de la ex presidente Cristina Kirchner o con ella misma.
El flamante esquema tiene una pata sindical de amplio espectro; el respaldo de los intendentes del Grupo Esmeralda, entre los que se destacan Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), y al que se le suman un importante grupo de jefes comunales del interior bonaerense.
Además, cuenta con el respaldo de un movimiento social como el Evita, y de legisladores bonaerenses y nacionales de los bloques del PJ que decidieron separarse del Frente para la Victoria. La estructura tiene pilares en donde sostenerse para comenzar a forjar una candidatura que tome volumen en el corto plazo.
Los integrantes del nuevo espacio coinciden en una visión a futuro. Creen que las diferencias internas del PJ deben dirimirse en las PASO. Las tensiones entre los kirchneristas y los más afines a la candidatura del ex ministro continúan vigentes y por eso no ven con buenos ojos una lista de unidad. La interna que reclaman los dirigentes coincide con la visión que tiene el ex funcionario de cara a las próximas elecciones. "No hay que tenerle miedo a las primarias", aseguran desde el randazzismo.
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"Los liderazgos se construyen y se ganan. Nosotros acompañamos un proceso en donde creemos que es Randazzo el indicado para liderar", le dijo a Infobae un legislador que estuvo presente en Junín. La nueva estructura servirá para preparar el desembarco del ex ministro kirchnerista. Y también apurará los tiempos de un lanzamiento que, para los dirigentes que apoyan su candidatura, ya se debería haber realizado.
En el núcleo duro del randazzismo repiten lo mismo desde hace meses. "Florencio no está apurado. Es prudente y está tranquilo. Habla con todos para saber de primera mano la situación que viven los diferentes sectores con las medidas de este gobierno", sostienen. Y agregan, en referencia al tiempo que falta para el cierre de listas: "En este país tres meses es mucho tiempo, aún no va a salir a recorrer la Provincia". El 24 de junio será el último día para que las fuerzas políticas presenten las listas de candidatos.
En el nuevo espacio figura Julián Domínguez, un dirigente que cuenta con respaldo entre los intendentes del interior de la Provincia, y que ya avisó que quiere ser candidato a diputado nacional. La dupla Randazzo-Domínguez es la que se imaginan en la boleta la mayoría de los dirigentes que creen que el kirchnerismo no puede conducir la nueva etapa del PJ.
La estructura que está dispuesta a sostener a Randazzo se forjó después de un año de reuniones y tensiones internas. Un tiempo en el que el presidente del PJ Bonaerense, Fernando Espinoza, hizo grandes esfuerzos para sentar a todos los dirigentes en la misma mesa e intentar un respaldo a la conducción de Cristina Kirchner.
El primer objetivo lo cumplió. Pese las idas y vueltas, el peronismo construyó un pequeño castillo de arena después del triunfo de Cambiemos en la Nación y en la Provincia. Pero su segundo anhelo no encontró eco en un sector importante del peronismo bonaerense. Las aguas se dividieron y aún se mantienen separadas. Unos con Randazzo, otros con Cristina. Aunque aún ninguno de los dos posibles candidatos se animaron a poner la primera carta sobre la mesa.