Una de las primeras acciones que tomó el presidente Mauricio Macri cuando retornó de sus vacaciones en el sur del país fue fotografiarse con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Fue durante el mediodía del martes 10 de enero: ambos almorzaron en el despacho presidencial de Casa Rosada, un evento que no figuraba en ninguna agenda oficial. Dos semanas después, la historia se repite.
Vidal visitó a Macri este lunes por la a mañana en la Quinta de Olivos y mantuvieron una larga charla, luego de volver ayer por la tarde en un vuelo de Aerolíneas Argentinas tras una semana en México junto a sus hijos, una foto que será habitual de cara a la campaña legislativa y luego de los cuestionamientos por el período de descanso en medio de las inundaciones que azotaron a varios pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires.
"(Fueron) Seis días de descanso con mis hijos después de un año muy difícil, con muchos cambios para ellos y para mí; con dificultades y habiendo pasado situaciones de mucha dificultad personal", señaló la gobernadora, que luego de Olivos recorrió un centro barria de infancia en la localidad de Vicente López, junto al intendente local Jorge Macri.
Consultada por la situación de las localidades afectadas por las lluvias, como Pergamino, la mandataria bonaerense indicó que el Gobierno estuvo "desde el primer momento, como gobierno de la Provincia, presentes en el lugar: el vicegobernador y los ministros de las áreas que correspondían". "Se hizo todo lo que había que hacer en la emergencia. Como estuvimos siempre y como vamos a seguir estando", aseguró.
Además, señaló que la problemática derivada de las inundaciones "no se resuelve en un día o dos, sino trabajando todo el año. Cuando llegamos, había 39 colchones en un depósito para emergencias. Hoy hay más de 60 mil. Tenemos capacidad de respuesta en cada lugar que la Provincia necesite. Tenemos que trabajar en lo profundo. Lo más importante es invertir en las obras".
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