Un año después de la dura pelea en el juzgado de Thomas Griesa, Paul Singer pasó en Argentina de ser fondo buitre a "inversor" en el mercado aeronáutico local. El dueño de Elliott Managment, el holding que le ganó el juicio al Estado y recibió más de USD 2.400 millones por bonos en default, es un jugador de peso en los negocios de Avianca, una de las aerolíneas low cost que busca adquirir rutas que le permitan volar en los cielos argentinos.
¿De donde se origina el vínculo entre Singer y Avianca? Hace unos meses, la segunda aerolínea más importante de América Latina estaba perdiendo dinero y necesitaba hacerse de fondos para continuar operando. Una de las opciones barajadas por el directorio de la firma es vender parte de la empresa. Hay varias empresas del rubro interesadas en adquirirla, como Delta, United y Copa Air Lines.
Sin embargo, el accionista mayoritario de la aerolínea, Germán Efromovich, un empresario boliviano cuyo imperio se extiende también al petróleo y gas, se resistía a esta idea. Al interior de la compañía, la pulseada por imponer el rumbo es con el segundo accionista mayoritario, Roberto Kriete, quien era titular del Grupo Taca antes de que se fusionara en 2009 con la low cost.
Según la prensa especializada de Estados Unidos, como Bloomberg y Deal Broker, Efromovich estuvo cerca de incumplir una deuda de cientos de millones de dólares. Fue Paul Singer –viejo conocido del gobierno kirchnerista y del Estado argentino– quien evitó el default e intercedió como prestamista de la compañía. El dato se supo poco después de que en Argentina se concretara el pago a los holdouts.
Aquella intervención implicó que ejecutivos de Elliott formaran parte estos meses de la "mesa chica" de Avianca, ya que participaron tanto en las negociaciones con los posibles compradores de la aerolínea como en las reuniones de la Junta directiva.
Elliott llegó a Avianca como resultado de la relación de dos décadas que ha tenido con Efromovich. Este verano, los ejecutivos del fondo buitre revelaron por primera vez el vínculo a los miembros de la junta directiva de Avianca. De hecho, desde hace años que el holding viene respaldando financieramente la expansión de Synergy Group, que también pertenece al empresario boliviano.
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Si bien Singer jugó en este proceso de salvataje y posible venta un rol más diplomático que agresivo -a diferencia del juicio con Argentina-, la decisión de ingresar en los negocios de Avianca está en sintonía con el historial de tomar posiciones en préstamos complicados y de deuda impaga.
En lo que respecta al destino de Avianca en la Argentina, se sabe que la inminente llegada de la low cost es un hecho. La aerolínea colombiana firmó un convenio con la provincia de Tucumán, que le servirá como base de operaciones. La filial argentina pasará a llamarse Avian Líneas Aéreas y contará con 15 vuelos diarios desde la provincia, con servicios a Córdoba, Salta y otros destinos nacionales, además de vuelos internacionales a Asunción, Lima, Florianópolis, Iquique y Santa Cruz de la Sierra.
La incursión de Avianca en Argentina se inició en los primeros meses de este año, con la compra de la empresa aérea MacAir, de la que era dueño Franco Macri y que el Presidente de la Nación llegó a gestionar durante los años noventa. Esa compañía tuvo como accionistas a Sideco y Socma y a Carlos Colunga, como CEO y asesor en temas aeronáuticos. Colunga, actualmente, es vicepresidente de Avian y uno de los impulsores de laS negociaciones para que la compañía colombiana obtenga el permiso para operar en rutas clave de los cielos argentinos.