"Nosotros vamos a esperar hasta las 11 de la mañana. Queremos que el Gobierno convoque a todos los sectores a una gran mesa de diálogo para consensuar una reforma de Ganancias. Si no tiene un gesto de ese tipo, el miércoles avanzamos con el dictamen que se aprobó en Diputados y el 21 (de diciembre) lo convertimos en ley con mayoría simple".
Un referente parlamentario del PJ-FpV le dibujó a Infobae el escenario que se planteaba en la Cámara alta cuando todavía se discutía qué hacer con el proyecto de Ganancias. Finalmente el oficialismo logró aplazar -al menos por una semana- el tratamiento del proyecto opositor en el Senado, pero quedó obligado a bajar su escalada contra la oposición y debatir con otro tono para no sufrir un cachetazo como el que recibió cuando naufragó la reforma política. Las negociaciones ya comenzaron e incluyeron una aclaración como gesto pacificador: "Macri no le dijo impostor a Massa…".
El giro del Gobierno, que pasó de un discurso zen a la confrontación pura y dura, molestó y mucho a la oposición. "Hacía tiempo que no se veía una presión tan grande a los gobernadores, con amenazas directas de parar la obra pública. Macri se camporizó", rumió otra espada legislativa.
Anoche, minutos después de que los senadores del PJ-FpV le pusieran punto final a una reunión de bloque extensa y caliente, Marcos Peña hizo saber desde la pantalla de TN que el Gobierno tendrá el gesto público que se le reclama: "El miércoles por la mañana habrá una reunión con el presidente Macri en la que definiremos el mejor mecanismo para seguir la discusión con el espíritu de diálogo que caracteriza a esta administración".
En realidad ya se activaron las conversaciones con el peronismo, la CGT (Mario Quintana y Jorge Triaca recibieron ayer por la tarde a la cúpula de la central obrera) y el Frente Renovador para trabajar en un nuevo dictamen. Y de no haber imprevistos, el oficialismo hará hoy formalmente el llamado a la reclamada mesa de diálogo entre el Poder Ejecutivo, los gobernadores, las centrales sindicales y todas las fuerzas parlamentarias, para consensuar una reforma de Ganancias "más equilibrada", que beneficie en buena forma a los trabajadores y no afecte las arcas provinciales.
Durante la tarde-noche del martes, tras contener el avance del fuego opositor en el Congreso, el macrismo hizo correr un comunicado en el que afirmó que 22 ministros de Economía provinciales rubricaron un documento con el ministro Rogelio Frigerio en el que pidieron en conjunto que no se apruebe el proyecto opositor.
La presión a los gobernadores, con el repaso detallado del dinero que perdería cada provincia del país, surtió efecto y desembocó en una salida que alivia a las dos partes: los senadores podrán trabajar en una reforma de Ganancias, sin tener que votar contra los intereses de las economías regionales; el Gobierno, en tanto, tomó aire para negociar cambios y atenuar el costo fiscal.
De todos modos, si en esta nueva negociación no hay acuerdo, la oposición reactivaría el proyecto que vino de Diputados y el oficialismo iría la semana que viene al recinto con un proyecto propio que cuenta con el aval de los gobernadores. Lo cierto es que por ahora Macri evita tener que recurrir a un veto impopular, a pocos días del inicio de otro año electoral…